19 abril, 2024

 

Hace unos años se estableció en la sociedad una  gran polémica sobre el acto de amamantar a un bebe en la vía pública.

Muchas mujeres que son madres amamantan en lugares públicos; sin embargo también hay muchas otras ya no lo hacen,  en consecuencia de las desacreditaciones, descalificaciones  y discriminaciones o miradas lascivas.

Esta diversificación de actos se apoya en distintas visiones. Por un lado están quienes ven al acto de amamantar como algo natural, algo intrínseco de la maternidad. Por otro, quienes consideran que los senos son un objeto sexual, y, por tanto, hay una transgresión a la norma de no ir desnudo por la calle.

No existe en nuestro país, en nuestra sociedad ninguna  ley que privara a la cada mujer que haya sido  madre  la acción de amamantar al bebe concebido en lugares públicos, ni privados. Sin embargo, en algunas tiendas privadas, son los mismos propietarios los que se dirigen hacia las mujeres que están ejerciendo la lactancia, diciéndoles que se retiren del lugar, o que no está permitido, que se tapen o que se pongan en una esquina aisladas para que nadie las pueda ver. En general, se ven obligados a decírselo por los clientes o trabajadores que no aceptan este hecho tal cual es, como un acto natural.

Hubo un caso el 19 de junio de 2016, en el que quisieron detener a una mujer Constanza Santos de 22 años, por amamantar a su hijo en la vía pública. Dos policías quisieron detener a esta mujer, sosteniendo que había una transgresión de una norma, la cual nunca citaron. Cabe recordar que esta se contrapone con la ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar, y erradicar la violencia contra las mujeres. Esta mujer intentó denunciar lo sucedido, pero no la misma no le fue recibida en ninguna comisaría.

Este hecho tuvo una fuerte repercusión, se viralizo, tuvo impacto en la sociedad, y hubo una fuerte movilización de mujeres. Se concentraron  más 1000  de mujeres en distintos lugares del país con el fin de  concientizar a la sociedad de que es un acto natural y que no afecta a nadie; se solidarizaron con estas madres muchas figuras públicas, sacándose fotos con sus hijos amamantándolos.

Desde mi punto de vista, como se planteara previamente, hay una dualidad de concepción respecto de los senos. Por un lado se los considera como objeto de deseo, mientras que la función natural de los mismos es la de ser el sostén de los niños pequeños.

Y esta división en las opiniones se conceptualiza también a través de una suerte de “doble moral”. Por un lado, el programa más visto de la televisión argentina muestra a muchísimas mujeres con sus senos al descubierto. Por otro, se juzga a la mujer “normal” que amamanta a su niño.

El juicio de valor que da, en lo que a mí respecta, difiere por completo a lo que realmente representa la lactancia. Lo que vivimos hoy con este tabú, esta prohibición social, es totalmente egoísta. La sociedad disfruta de esos pechos, muchas veces modificados quirúrgicamente, que se relacionan con el estándar de belleza impuesto por la propaganda. Mientras que los senos “anti estéticos” de la madre normal, que realmente cumplen su función biológica, molestan al observador.

La mujer que es madre debe sentirse cómoda y feliz al obrar de tal forma de alimentar a su hijo, y no lidiar con las miradas inquisidoras, soportar  que las echen de lugares, o incluso ser detenidas por alguna fuerza de seguridad.

No se debe reducir la vida social de la madre e hijo, es libre de amamantar a su bebe con orgullo y confianza fundamentalmente para crear un vínculo sólido y saludable  entre ambos.

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