26 abril, 2024

La OMT (Organización Mundial del Turismo),  define la animación turística como «toda acción realizada en o sobre un grupo, una colectividad o un medio, con la intención de desarrollar la comunicación y garantizar la vida social» (OMT, 1985)

La animación hotelera  comprende todas las  actividades diurnas y nocturnas para satisfacer las necesidades de ocio, disfrute y esparcimiento de los huéspedes que se encuentran alojados.

Estas actividades  contribuyen  a desarrollar el turismo, favorecen  las relaciones humanas, los contactos multiculturales y la comunicación en general donde la diversión y el ocio se ven continuamente  enriquecidos  y muy a mano para los clientes.

Para muchos turistas, las vacaciones no serían tan divertidas sin el disfrute de caminatas matinales, talleres, tecnología, los torneos, competencias, clases de baile, las fiestas, espectáculos y bailes nocturnos que se organizan cada noche en los establecimientos que poseen un programa de animación turística. Muchos padres pueden dedicar un tiempo libre para realizar estas actividades por la ayuda de los animadores infantiles que cuidan y  juegan con sus  hijos. También se benefician los  hijos al  relacionarse con su entorno a la vez que desarrollan sus habilidades de lenguaje, pensamiento, motricidad fina, motricidad gruesa, habilidades creativas y sociales. En sus juegos los niños representan simbólicamente sus fantasías, deseos y experiencias,  elaboran, encuentran soluciones, se calman, alivian, encuentran la posibilidad de controlar lo externo y lo interno.

Todavía hay empresarios hoteleros que desconocen que la aplicación de este servicio representa una inversión para conseguir clientes satisfechos y por sobre todo fieles a su servicio. Cuando el turista se ha divertido y  posee satisfechas sus necesidades de diversión en un establecimiento, será fiel y lo recomendará.

La oferta de actividades de animación  en los establecimientos ha evolucionado al ritmo que marcan las modas y tendencias sociales, unido a los nuevos hábitos de los turistas, actualmente se incluyen en los programas clases de Tai-chi, Yoga, Pilates, Reggaetón, visitas, andanzas, momentos de convivencia a carácter sociocultural, educativo y medioambiental.

Para que se logren estos propósitos es necesario que se tenga en cuenta que la animación no debe ser improvisada, debe estar a cargo de un  equipo específico  de animación. La comunicación  con el cliente es fundamental para saber cuáles son sus intereses y  qué esperan.

Un programa de animación puede ser considerado como una inversión que aportará valor a los servicios del establecimiento. Todo evoluciona y es necesario estar siempre al día con las nuevas tendencias de vivir el ocio.

 

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