3 mayo, 2024

La ex enfermera de Woodstock, Elizabeth Wettlaufer, culpa de los asesinatos a “la oleada roja”. Helen Mathenson fue una antigua maestra quien, en el otoño de 2011, estaba viviendo en las instalaciones del Caressant Care en esta pequeña ciudad cerca de Londres porque ya tenía 95 años y tenía demencia.

Una noche, la señora Mathenson le contó a la enfermera en servicio, Elizabeth Wettlaufer, que a ella le gustaba el pastel de arándanos. Durante un descanso, Wettlaufer fue al Wall-Mart y compró helado junto con pastel de arándanos para la señora Mathenson, quien le dio unas pocas mordidas antes de decir “es suficiente cariño”. Más tarde esa noche, la señora Wettlaufer inyectó a Mathenson con una dosis letal de insulina.

“Tuve ese presentimiento de que era su tiempo de partir”, E.W. más tarde le contó a la policía en una entrevista grabada en cinta que fue reproducida en una silenciosa sala de corte el jueves. “Sólo tenías que tomar su vida” el policía entrevistador dijo. “Sí”, Wettlaufer respondió.

Antes, por más de dos horas, dos fiscales tomaron turnos leyendo una declaración acordada de hechos describiendo como la señora Wettlaufer, una enfermera retirada, era una asesina serial prolífera quien utilizó inyecciones de insulina para asesinar a ocho de sus pacientes e intentar matar a cuatro más.

La señora Wettlaufer se declaró culpable de ocho cargos de homicidio en primer grado, cuatro cargos por intento de homicidio y dos cargos de robo agravado el jueves, diez días antes de que cumpliera 50.

La Corte y su abogado hicieron una recomendación conjunta de cadenas perpetuas concurrentes sin chance de solicitar libertad condicional por 25 años, pero aún así queda en manos del Juez Bruce Thomas de decidir en una audiencia el 26 y 27 de Junio en donde la declaración de las víctimas serán presentadas.

Divorciada, acosada por la depresión y consumiendo whisky y opio, estaba enojada y frustada con su trabajo y su vida y podría matar cuando sintiera lo que ella llamaba “la oleada roja”, la corte escuchó.

Pero luego dijo que eventualmente se dio cuenta que “no era Dios, era algo que no estaba bien en ella”.

De acuerdo a lo leído en la fuente periodística del diario BBC, la enfermera Wettlaufer sufría una enfermedad mental que le producía brotes psicóticos durante los cuales ese no distinguía la magnitud de su accionar, lastimando y hasta en la mayoría de los casos, asesinando a terceros.

http://www.bbc.com/news/world-us-canada-40063787

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *