13 diciembre, 2024

A fin de lograr obtener la suma atención del lector, el mensaje de este artículo tiene un solo receptor, cuya sensibilidad y juicio prioricen ante el interés económico. La impronta aplicada intenta  direccionar  a una causa y efecto; la toma de conciencia de un problema o fenómeno que se juzga importante. Es imprescindible, para lograr el efecto positivo que se persigue,  el de preguntarnos ¿alguien será consciente del alcance y consecuencias que implican sus actos al medio ambiente?. Obstante a esto, prosigo a definir significados y conceptos relacionados al perjuicio del medio ambiente, sus causas y efectos; como una remediación posible.
El término medio ambiente comprende al espacio en el cual la vida se desarrolla, implicando a todos  los seres vivos y a los distintos objetos, el agua, la tierra, el aire. Como también todas las relaciones que se dan entre estos elementos. A través de los siglos, este espacio se ve afectado por alteraciones que  ocasionan cambios en el ecosistema. Siendo el principal responsable el ser humano y las consecuencias de las actividades que desarrolla, industriales, productivas y económicas: como la deforestación, contaminación y urbanización.

La contaminación en todos sus medios, es el factor causal que origina el desequilibrio del ecosistema, ocasionando en la mayoría de los casos una cadena de irreversibles acontecimientos, derivando a numerosas enfermedades. Siendo la contaminación antrópica, (la acción perjudicial del hombre al medio ambiente); la que da origen a la existencia de agentes físicos, químicos y biológicos, los cuales pueden estar presentes tanto en los medios atmosféricos, acuáticos y terrestres. Por ejemplo, las operaciones relacionadas con la explotación y transporte  de hidrocarburos, que afecta de forma directa al agua, aire y suelo, causando un deterioro gradual a la biota presente.

El agua es considerada contaminada cuando sus características naturales (físicas y químicas) están alteradas. De tal modo que la hace total o parcialmente inadecuadas para el uso y consumo humano,  como para el hábitat de la flora y la fauna. Las principales causas son por la descarga  a los ríos, lagunas y mares, de aguas residuales domiciliarias  e industriales (materia fecal, orina, sustancia químicas),  como también el derrame de petróleo. Provocando de forma directa, enfermedades cuando se consume el agua o indirectamente al ingerir plantas o animales que han sido contaminados por este medio. Las enfermedades pueden ser leves como indigestiones, alergias y problemas estomacales o mortales por envenenamiento. Dependiendo de la dosis ingerida y el contaminante presente, las enfermedades más frecuentes son: el cólera, tifoidea, shigella, poliomielitis, meningitis, hepatitis, diarrea. Además, los mosquitos que viven en este tipo de aguas pueden causar malaria, fiebre amarilla, dengue, Chikungunya y Zika.

El aire se encuentra contaminado cuando contiene impurezas en forma de humos, gases, vapores, cenizas, polvos, partículas en suspensión, bacterias patógenas, elementos químicos extraños y partículas radiactivas. Los contaminantes denominados primarios son, el monóxido de carbono (CO), dióxidos de azufre (SO2 y SO3), óxidos de nitrógeno (NOx). El CO, SO2 y NO2  son gases que se producen a partir de la combustión, emitidos fundamentalmente por los medios de transporte, quema de combustible en la industria, generación de energía eléctrica y otros procesos industriales. En forma natural se genera a partir de la oxidación de metano, comúnmente producida por la descomposición de materia orgánica. Estos afectan directamente al aparato respiratorio, causando efectos adversos en la salud, ya que compiten con el O2 en el torrente sanguíneo (asma, bronquitis, pulmonía y neumonía entre otras). Los contaminantes químicos del aire pueden causar resequedad de las mucosas, irritación y comezón en la piel, así como diversas enfermedades vasculares y cardiacas.

El suelo se ve contaminado por la  acumulación de compuestos orgánicos, mayoritariamente de origen sintético, como plásticos, lubricantes, aceites, disolventes y fitosanitarios.  Por ejemplo en la actualidad, más de 600 compuestos orgánicos son usados para el control de diferentes plagas. Esta cantidad tan elevada de plaguicidas tiene una relación directa con el aumento de enfermedades. La inhalación, la ingestión o el contacto con la piel, son las vías de penetración. Dependiendo de la concentración, del tiempo de exposición y del tipo de contaminante los efectos varían. Vómitos, diarreas, cefaleas, somnolencia, están asociados a la ingestión de dosis únicas con altas concentraciones. Cánceres, leucemias, necrosis de hígado, se deben a exposiciones repetidas.

El ruido es otro de los elementos dañinos más frecuente y subestimado. Lo más grave es que las personas se acostumbran al ruido nocivo como parte de su entorno, sin saber que es un problema irreversible, en la mayoría de los casos. . Las principales causas de contaminación acústica son generadas por el tránsito vehicular, aéreo y ferroviario; como en las industrias equipos, máquinas y herramientas. La exposición produce daños en nuestra capacidad de audición, además de otras reacciones psicológicas y fisiológicas en nuestro organismo (sordera, estrés entre otras).

Existen diferentes técnicas de remediación, que son empleadas a fin de restaurar el medio ambiente contaminado; Excavación o dragado, Bombeo y tratado, oxidación “in situ” y Bioremedación entre otras. Como además mundialmente contamos con normativas, tratados y recomendaciones, cuya misión es la eliminación o reducción de dichos contaminantes. Dicho esto en carácter informativo, solo a modo de simplificar una toma de conciencia y con el objetivo de lograr un efecto positivo, cito el dicho popular que dice “Más vale prevenir que curar”. La contaminación ambiental hoy en día es una enfermedad difícilmente curable a corto plazo, pero cada uno puede comenzar no contaminando.

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