22 noviembre, 2024

El comercio electrónico, un desafió para el control aduanero

La tecnología de hoy en día permite traficar drogas prohibidas con tan solo un clic; las nuevas formas de comerciar requieren tomar medidas para minimizar los riesgos. Dado que la mercadería no puede superar un peso y un valor pactado no se le da tanta importancia a este tema.

Tanto es así que hace pocos años nada mas y que cada vez sigue siendo mas tendencia en el mundo, surgió un nuevo canal de distribución comercial, aparece con el nombre de e-commerce o comercio electrónico transfronterizo, y se lo considera un elemento de cambio en el comercio internacional, que es contemplado en los acuerdos internacionales de «facilitación», con el slogan de que contribuir al crecimiento del comercio electrónico garantizará tanto el desarrollo como la innovación en términos económicos.

Ahora bien, este intercambio de bienes y servicios por Internet debe cumplirse por vía postal o courier y es ahí donde, desde el punto de vista aduanero, su control enfrenta las mayores dificultades.

La Organización Mundial de Aduanas (OMA) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) han hecho documentos que muestran la necesidad de adoptar decisiones que contribuyan a minimizar los riesgos, quieren que se efectué entre empresa y consumidor y de consumidor a consumidor, una regulación que logre una declaración simple y anticipada ante la aduana, que no supere un valor, los datos del comprador y que sea seguro.

 

Los riesgos

Se necesita un control físico por los medios tradicionales (escáner, canes, inspección selectiva) al que habrá que adosarle un control inteligente y una regulación que identifique a los protagonistas y sancione a los responsables. La mercadería tiene que ser correctamente valorada y clasificada arancelariamente.

En nuestro país se puede comprar a través de Internet en sitios en el exterior como e-Bay, AliExpress, Deal Extreme, entre otros y recibir el producto en el domicilio.

 

Su distribución

El sistema contempla dos vías: el régimen de Importación por Prestadores de Servicios Postales/Courier (correo privado), que permite envíos de mercaderías sin finalidad comercial para uso o consumo personal del destinatario o su familia, dentro de los límites de los 50 kg y US$ 1000 y un uso de 5 veces por año calendario y por persona. El trámite de la declaración simplificada lo realiza el courier, quien también abona los tributos del envío, que recibiera del cliente.

El otro canal es el Correo Oficial Argentino para envíos que no superen los 2 kg y US$ 200 que por su especie y cantidad no hagan presumir finalidad comercial se pueden librar bajo la modalidad «puerta a puerta», con una declaración simplificada, que no debe cumplirse en el caso de los libros.

 

Las responsabilidades

La obligación de esta modalidad requiere que no solo se traslade la responsabilidad al que compra la mercadería, sino también al que la despacha.

Conclusión

Las compras por Internet son una alternativa para aquellos que quieran ganarle a la inflación, dependiendo de la situación económica de cada país, pero debe haber responsabilidades por parte del comprador y un eficiente control aduanero por parte de los sectores privados que lleven a cabo esta tarea.

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