Los que sobreviven no son los más fuertes, sino los que mejor se adaptan a los cambios.
Los niveles de competencia, la economía y las nuevas tecnologías son factores que han presionado al cambio en las empresas. Día a día enfrentan retos, ya sea una organización consolidada o un micro-emprendimiento que recién comienza. Siempre inciden nuevas cuestiones que afectan a la supervivencia.
Hay que estar atentos a los cambios que se presenten porque se corre el riesgo de quedarse atrás en el tiempo o en el peor de los casos desaparecer. Un claro ejemplo es el impacto de las redes sociales en el marketing empresarial, hace aproximadamente 5 años atrás éstas no se imponían en las ventas y marketing, sin embargo pasaron a ser utilizadas por responsables de las compañías para difundir o promocionar sus productos, marcas o servicios.
Saber reconocer a tiempo un cambio y reaccionar antes que los demás nos puede hacer competir con grandes empresas incluso hasta de manera individual. La autopublicación hoy en día compite contra las editoriales tradicionales. Y es que las nuevas propuestas planteadas por Amazon en las que cualquier persona puede publicar un libro o bien los lectores de e-book también obligan a las editoriales a reflexionar sobre como modificar su modelo de negocio. Por ejemplo, National Geogrphic logró mantenerse a la par de las nuevas tecnologías adaptándose a la versión online, y a su vez mantener la versión impresa teniendo miles de seguidores en Instagram, Facebook y Twitter. Pese a que la revista es tomada con valor histórico, podemos apreciar sus fotografías a través de Internet, por lo que expandirse en ese aspecto y sumar popularidad en las redes lo ayudó a incrementar sus ventas.
Otro claro ejemplo es Netflix, que transformó nuestra manera de mirar televisión, ¿Cuándo fue la última vez que alguien dijo: «tengo que llegar a casa para ver el capitulo de mi serie»? Hoy en día podemos mirar lo que queremos, donde y cuando queremos. En principio ofrecían películas de todo tipo, pero estaban dejando de lado a un grupo de consumidores: los televidentes. Fue así entonces que sumaron series a su repertorio y hasta incluso produjeron sus propias series.
Ahora bien es fácil recordar los éxitos, pero intentar innovar requiere una mente diferente, emprendedora, y sobre todo arriesgada. Estos son dos ejemplos de empresas que fracasaron: Kodak, logró dominar el mercado de películas fotográficas en su época, y aunque fue uno de los primeros en fabricar cámaras digitales no supo apostar a ese formato hasta que fue demasiado tarde, marcas como Sony, Nikon o Canon lideraron el mercado. En segundo lugar: Nokia, quién dominó el mercado en los años 90 en relación su precio-calidad. Con la llegada de los Smartphones tardaron mucho en reaccionar y para ese entonces, Apple (Iphone, IOs), Google (Android) y hasta Samsung ya tenían gran parte del marcado.
En conclusión, los empresarios deberían pensar, buscar ideas innovadoras, adquirir nuevos conocimientos, hacer un análisis del mercado, explorar nuevas posibilidades y sobre todo adaptarse. Es decir, cada uno elige si pensar «esto no sirve para mí» o mantenerse a la par de los cambios para encontrar nuevas oportunidades.