La posibilidad de incendio siempre está presente en cualquier edificación, incluso si aún se está construyendo. De acuerdo a cifras de EE.UU., un porcentaje importante se ocasiona en esa etapa, sin embargo en Argentina la normativa no considera acciones preventivas eficaces en el período de construcción.
Ejemplos como el Voraz incendio en obra en construcción de Caballito donde el siniestro ocurrió el 16/03/2016 en un lote ubicado en la avenida Ángel Gallardo y Olaya. El fuego se propagó rápidamente por el encofrado de madera y vecinos de edificios aledaños tuvieron que ser evacuados. Cinco dotaciones de Bomberos tardaron 5 horas para controlar las llamas y nadie resultó herido.
Otro ejemplo sucedió en la capital de la ciudad de Córdoba donde Bomberos lograron sofocar el lunes 11/08/2014 un incendio en una obra en construcción ubicada en el barrio Cerro de las Rosas. Si bien en un primer momento la Policía informó que era un depósito de telgopor, luego precisó que el fuego se desató en una obra, en un ambiente destinado al guardado de planchuelas de telgopor. Un hombre tuvo que ser asistido por el 107 por principio de inhalación de monóxido de carbono, y otro hombre sufrió golpes durante el incendio.
Basados en estos ejemplos podemos demostrar que los incendios durante labores de construcción, remodelación o demolición constituyen una amenaza que siempre está presente y su potencial de daño o nivel de riesgo es mayor que en el caso de edificios terminados, debido principalmente a la gran cantidad de material combustible o inflamable que suele acumularse en lugares inapropiados; la mayor disponibilidad de fuentes de ignición propias del proceso de construcción.
Las obras en construcción son un desafío para la seguridad e higiene, ya que éstas van variando sus zonas y tipos de trabajo, esta versatilidad las hace muy diferentes comparadas a una industria, la calidad en el análisis está basada en la proyección (imaginación) y el desarrollo de la misma desde el anteproyecto, pero además, tener una continua observación de riesgos asociados in situ.
Los incendios en edificios en construcción radican en las mayores pérdidas económicas por incidente, si las comparamos con las pérdidas sufridas por la mayoría de los incendios habituales. Esto significa que la autoridad, preocupada habitualmente por la seguridad humana y no de los daños materiales, dispone de argumentos válidos para no ser tan rigurosos en exigir medidas de seguridad contra incendios para edificios en construcción. Sin embargo, el potencial de pérdidas de vidas humanas siempre está presente, por lo que deberían requerirse en obras de construcción medidas de seguridad mínimas, lo que no está cubierto actualmente por la reglamentación nacional.
Al existir tantos riesgos económicos, a la hora de construir, en nuestro rol de higienistas debemos de explotar esta veta, y a través del desarrollo profundo de una demostración de los costos directos e indirectos que significarían tener un incendio en una obra en construcción, poder obtener el presupuesto y el tiempo necesarios para realizar un anteproyecto sólido, con un itinerario de procesos bien definido, con las aislaciones de materiales correspondiente, con la supervisión de obra, con la contratación de personal de seguridad capacitado, para pedir la correspondiente documentación a cada trabajador (ya que en las obras en construcción el personal tiene un gran índice de fluctuación), un plan de inducción y capacitación integral, con etapas teóricas y prácticas. Tambien tener la cantidad de higienistas permanentes necesarios durante el proceso de construcción para la auditoria constante, no solo de incendios, sino también, de desvíos de cualquier índole, hacer actos de presencia ayudan a mantener pasillos de paso libres y ordenados, al buen uso de las instalaciones eléctricas (flotantes y no por el piso) a las buenas prácticas de manipulación de materiales inflamables (pintura, kerosene, aguarras, etc) al uso de los Elementos de protección personal, y un sinfín de beneficios.
Muy interesante
Muy bueno me gusto