3 mayo, 2024

La puesta a tierra es un mecanismo de seguridad que forma parte de las instalaciones eléctricas y que consiste en conducir eventuales desvíos de la corriente hacia la tierra, impidiendo que el usuario entre en contacto con la electricidad.

Esto quiere decir que cierto sector de las instalaciones está unido, a través de un conductor, a la tierra para que, en caso de una derivación imprevista de la corriente o de una falla de los aislamientos, las personas no se electrocuten al entrar en contacto con los dispositivos conectados a dicha instalación.

La tierra es, en definitiva, una superficie que pueda disipar la corriente eléctrica que reciba. Lo que llamamos puesta a tierra consiste en un mecanismo que cuenta con las piezas metálicas enterradas (denominadas jabalinas, picas o electrodos, cables, placas) y conductores de diferente clases que vinculan los diversos sectores de la instalación.

El sistema de puesta a tierra es una parte básica de cualquier instalación eléctrica, y tiene como objetivo:

– Limitar la tensión que presentan las masas metálicas respecto a tierra.

– Asegurar actuación de las protecciones.

– Eliminar o disminuir el riesgo que supone una avería en el material eléctrico utilizado.

Los pararrayos, por ejemplo, funcionan con un sistema de puesta a tierra, conduciendo la descarga hacia un terreno de escasa resistencia.

Existen tres tipos diferentes de puestas de tierra o tomas de tierra:

  • Sistema a tierra de corriente continua. Es el que se presenta en numerosos dispositivos tecnológicos que forman parte actualmente de nuestra vida, tales como tarjetas de ordenadores, y se identifica porque se produce como diferencia de los voltajes de los circuitos existentes.
  • Sistema a tierra de corriente alterna. Es el que se conoce de manera más generalizada y el que tiene lugar por la diferencia de voltajes en edificios y construcciones de distinta tipología.
  • Sistema a tierra electroestática. La interrelación entre la carga de un contenedor y su fluido es la que propicia este.

Sin un correcto sistema de conexión a tierra, se está expuesto a múltiples situaciones de defectos eléctricos, como la distorsión de armónicas ocasionando problemas en el factor de potencia, errores de instrumentación, fallos intermitentes en los sistemas, sin dejar de mencionar el riesgo de peligrosidad que tiene una descarga eléctrica para bienes y personas.

Un buen sistema y conexión de puesta a tierra, no solo brinda seguridad sino que también es utilizado en beneficio de plantas y equipos destinados a producción de bienes y servicios, evitando con su implementación la posibilidad de sufrir daños, producto de defectos de aislación como de corrientes producidas por descargas atmosféricas, lo que sin dudas tiene como consecuencia el quebranto económico que supone los tiempos improductivos, la sustitución de equipos y componentes como así también los litigios derivados por accidentes y por la no aplicación de las normativas vigentes.

En Argentina, rige la Norma IRAM 2281 de puesta a tierra de sistemas eléctricos, instalaciones industriales, domiciliarias y redes baja tensión donde se normaliza y certifica la correcta conexión o instalación de los equipos eléctricos con su respectiva toma a tierra, ya que son distintos equipos para las diferentes clases de instalaciones eléctricas.

 

 

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