25 abril, 2024

A fines del año pasado se realizó el tercer Censo de Basura Costera. Se informó que mas del 80% de los residuos encontrados en las playas bonaerenses son plásticos y que los principales residuos detectados fueron bolsas plásticas, colillas de cigarrillos, restos plásticos, restos de nylon, tapitas y botellas plásticas, entre otros.

Ocurre todo el año, pero se incrementa en la temporada alta cuando los turistas llegan de manera masiva a disfrutar de los balnearios y de sus vacaciones. Son los desechos plásticos, que se los suele ver tirados en la arena y son los mismos que hoy cubren millones de kilómetros cuadrados de los océanos. Cuando termina el verano los turistas se van, pero los desechos y plásticos permanecen.

Esto resulta siendo tanto un problema para el ambiente y para el turismo en sí. Afectando el ingreso de otros turistas ya que, ¿Quién querría hacer turismo sol y playa en lugares altamente contaminados y sucios? Y en cuento a los locales, ¿cómo pueden ser hospitalarios cuando su espacio es dejado en malas condiciones? Las consecuencias de esta contaminación son increíblemente graves y van desde la muerte de más de 550 especies marinas y costeras, hasta alteraciones en el paisaje y la salud humana. Tardan miles de años en descomponerse, son dañinos para los organismos y su degradación libera compuestos tóxicos. La preocupación es mundial, pero en Buenos Aires y sus playas parece desconocerse la magnitud de este problema.

No solo es alarmante la basura que dejan las personas, sino que también los barcos pesqueros agravan la situación. Las sogas, restos de redes y tanzas provenientes de las actividades pesqueras provocan asfixia, y deformidades en la mayoría de los animales marinos que quedan enredados.

Esto implica tanto una responsabilidad social como estatal. Como miembro de la sociedad es necesario cuidar el ambiente a través de una correcta disposición de los residuos, incluyendo acciones de reciclado, así como también una disminución del consumo excesivo de plásticos. Por parte del Estado, la aprobación y correcta implementación de políticas que disminuyan la entrada de basura y la proporción de contenedores. Solo así se podría disminuir los desechos dirigidos a nuestro mar. En cuanto al turismo, es imprescindible enseñar y recordar a los turistas sobre los cuidados que se deben tener en cualquier destino para afectarlo lo menos posible.

Diariamente llegan toneladas de basura a los mares a través del sistema de drenaje, ríos, el viento y lo que dejan las personas en los ambientes costeros. Disminuir este impacto depende de todos.

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