Este gran puerto ubicado entre el rio Iguazú, límite entre Misiones y Brasil, cuenta con una gran oferta turística ya que allí se encuentran las famosas Cataratas del Iguazú. Estas grandes majestuosidades paisajísticas fueron descubiertas por Alvar Núñez Cabeza de Vaca a mediados del siglo XVI en su trayecto desde la región de Brasil hacia Asunción del Paraguay. No obstante, la zona se vio poblada por aborígenes hasta 1880 pero 1 año después se venden 50 leguas cuadradas en donde hoy se encuentra el Iguazú. Estos terrenos cambiaron 3 veces de dueño en apenas 2 años, llegando hasta manos de Gregorio Lezama, lapso en el cual también fue separada Misiones de Corrientes. Lezama costeó un viaje para una expedición científica para explorar estas tierras; sin embargo, en 1888 también vendería las tierras, que serían adquiridas por Martín Errecaborde y Cía. En 1882, ante las decisiones del gobernador Rudecindo Roca, esta localidad se subdividió por lo menos 3 veces en diferentes departamentos. Durante ese periodo hasta 1901 se intentaron hacer varios viajes hacia las Cataratas pero su imponente selva, los saltos y la falta de caminos impedía que los turistas pudieran conocer estas imponentes aguas.
Entre estos turistas iba Victoria Aguirre, quien se convirtió en una suerte de protectora del pueblo, al decidir donar una importante suma para la apertura del camino el 12 de agosto de 1901; esta suma fue aunada a una donación de Gibaja y Núñez. El acto fue considerado tan importante que se tomó como fecha simbólica de fundación. En 1902 el Gobierno Nacional se reserva las tierras que luego formarían uno de los 2 primeros Parques Nacionales argentinos: el Parque Nacional Iguazú. En 1907 se rematan las tierras del Iguazú, quedando el norte en manos de Domingo Arrayagaray y el sur en manos de Errecaborde. Gibaja y Núñez vuelven a entrar en escena al instalar el primer hotel en ese mismo año. Esto ocurrió aún antes de la aparición de la primera. En 1913 el gobierno de la nación invierte una suma de dinero para la construcción de viviendas para la subprefectura, la comisaría de policía, la estación radiotelefónica una escuela primaria y otras propiedades que ayudarían al desarrollo la seguridad y economía del lugar, por ende ayudaría a crear un turismo más seguro.
Entre 1928 la Nación compra a Arrayagaray las tierras con destino a Parque Nacional y zona militar, se crea el Parque Nacional Iguazú y finalmente se delimitan el área urbana de Puerto Aguirre y el propio Parque. A partir de 1939 se plantea el inicio del diseño urbano, que incluía dos plazas, un mirador hacia el rió Iguazú, la capilla, un correo, un hotel y locales comerciales. En 1943 el lugar recobró su denominación original. No obstante, la misma fue despojada en 1951 para rebautizarlo como Eva Perón, finalmente el gobierno militar que derrocó a Juan Domingo Perón restituyó el nombre que perdura hasta hoy (a comienzo del siglo XX hubo una propuesta de rebautizarla como Ciudad de las Cataratas del Iguazú que no prosperó). El primer aeropuerto terrado funcionaba ya en 1948, mismo año en que las Cataratas fueron declaradas “Patrimonio Natural de la Humanidad” por la UNESCO. En 1951 es creada la primera Comisión de Fomento, mientras que en 1978 la Municipalidad sería nombrada de primera categoría. Cuando en 1948 se abre por primera vez la venta de tierras en la zona urbana comienza un explosivo incremento poblacional que sólo se vio frenado en los años 1990 por la Ley de Convertibilidad que hizo mucho más atrayente la orilla contraria de Foz de Iguazú.
Si bien las Cataratas son el principal atractivo las ciudades de apoyo del destino poseen características demográficas, productivas, sociales y de infraestructuras muy diferentes entre sí que permiten sostener el amplio nivel de desarrollo turístico.
Fueron reconocidas como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo. Su paisaje combina la selva más frondosa con las caídas de agua ya famosas y es uno de los destinos más visitados de Misiones, en el que se puede disfrutar a pura naturaleza en pleno Litoral. Para disfrutar a pleno este destino misionero hay dos circuitos: uno inferior, desde el que se accede a la base de los saltos y en el que se puede tomar un bote rumbo a la isla San Martín; y otro superior, mas tranquilo. Las caídas de agua, las vistas panorámicas desde las pasarelas y los miradores atraen a visitantes de todas partes del mundo. También está la opción de recorrer la selva con el tren ecológico y, las noches de la luna llena, hay paseos que invitan a sentir la majestuosidad de las Cataratas alumbrados por la luz de la luna misionera. Se ha creado una nueva de turismo ecológico brindando una infraestructura de servicios como hoteles para satisfacer la demanda internacional sin descuidar el entorno paisajista. Otro gran atractivo que ha logrado fascinar a los turistas de todo el mundo es el paseo en crucero, o mejor dicho, en el Catamarán Victoria Austral que zarpa diariamente desde el Puerto Iguazú y cuenta con capacidad para 300 pasajeros. Se trata de una moderna y amplia embarcación diseñada especialmente para navegar observando desde el agua, justo donde se juntan el rió Paraná y Iguazú, el encanto de la selva. Se puede disfrutar el paisaje desde adentro sentados en mesas o en el exterior desde la cubierta principal o desde la terraza. Este paseo inicia aguas arribas del rió Iguazú, a unos 2,5 kilómetros del puerto local, pasando por debajo del puente Tancredo Neves. Luego el catamarán cambia rumbo hacia aguas abajo hasta situarse en las Tres Fronteras, donde el río Iguazú vuelca sus aguas en el inmenso río Paraná. Allí se puede disfrutar de vistas panorámicas y se puede entender porque los guaraníes bautizaron el Paraná como “mar grande”. Este paseo incluye un guía bilingüe acompañante que cuenta un poco de la historia de la región misionera, y así los pasajeros se llevan un aprendizaje e imágenes impresionantes del lugar.