24 noviembre, 2024

El concepto de “tercera edad” hace referencia, desde el punto de vista antropo-social,  a las últimas décadas de la vida de una persona en la que se aproxima a la edad máxima. Esta etapa del ciclo vital es generalmente una de las más difíciles de transitar ya que se presenta un declive de todas aquellas estructuras que se habían desarrollado en las etapas anteriores, y que producen cambios a nivel físico, cognitivo, emocional y social.

Según lo establecido por un informe realizado por el Fondo de Población de la O.N.U, las personas que poseen más de 60 años de edad, superará en el periodo de 10 años los 1.000 millones de personas, debido al ritmo de envejecimiento de los países. Sin embargo,  este incremento de la población adulta mayor tiene su razón de ser en la extensión de la esperanza de vida alcanzada gracias a diversas causas tales como la mejora en la calidad de vida, los avances tecnológicos en relación a la salud, etc.

Esto se convierte en un punto de interés y de análisis para el sector turístico en este tipo de segmento. La población de edad avanzada viene alcanzando un peso importante a nivel mundial y la industria del turismo debe poner especial atención a este segmento que antes no se tenía demasiado en cuenta. Es por eso que se necesita atraerlo buscando opciones y actividades que satisfagan sus necesidades pero mas que nada que se lo incentive a disfrutar de su tiempo, ofreciendo experiencias memorables.

Algunas de las actividades turísticas  más atractivas que se sugieren ofrecer para este segmento son, por ejemplo, el Turismo de naturaleza, Turismo cultural, Turismo urbano, Turismo rural. Al tratarse de personas de edad avanzada, las cuales requieren de mayor asistencia y control, se debe prestar especial atención a la hora de realizar y ofrecer un producto turístico.

De todas maneras, no debe pensarse que las personas mayores  solo desean descansar en alojamientos lujosos y cómodos, el turismo de la tercera edad se caracteriza por ser un tipo de turismo que debe basarse en actividades que garanticen una participación plena y enriquecedora, ampliando y alimentando experiencias pasadas.

Es de vital importancia la eficaz preparación de los profesionales del turismo, tanto desde el aspecto humano (condiciones psicológicas, biológicas, sociales) como desde el aspecto  comunicativo, estos son factores que permiten que ellos se sientan cuidados, valorados, queridos, y fundamentalmente que se sientan parte de un sistema social, que por mucho tiempo los mantuvo al margen. Lograr que todos estas características se unan en un espacio físico y en una actividad turística, asegura el éxito de los profesionales del turismo como prestadores de servicios.

 

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