3 diciembre, 2024

El óxido nitroso es un gas volátil, incoloro, con un olor dulce y ligeramente tóxico, que provoca alucinaciones y estado eufórico en la persona, por lo que ha sido comúnmente utilizado como droga.
Fue el primer gas empleado en medicina, desde hace 175 años. Fue identificado por Joseph Priestley (1733–1804), químico inglés radicado en los Estados Unidos, el mismo que describió el oxígeno como compuesto químico.
El primer uso del óxido nitroso fue como un gas que se inhalaba en forma pura durante las exhibiciones que frecuentemente se llevaban a cabo en la Inglaterra pre-Victoriana, y por eso se lo conoció como gas de la risa.
En 1844 tuvo su primera aplicación en pacientes, siendo el odontólogo norteamericano Horace Wells (1789-1869) que luego de haber observado el efecto analgésico del óxido nitroso decidió que le extrajeran un diente bajo las influencias del gas. A partir de allí, se interesado por las propiedades anestésicas, se perfecciona en la técnica y las difunde entre sus colegas.
Se introdujo en la medicina por auspicio del médico norteamericano Quincy Colton (1814-1898). De esa forma el óxido nitroso fue llevado más allá de la odontología e introducido en Europa, en uno de los viajes de Colton.
Fue solamente en la segunda mitad del siglo XIX que se descubrió que la mezcla de los gases debía contener por lo menos 21% de oxígeno (en volumen) para evitar la hipoxia, ya que como sabemos el gas se inhalaba en forma pura.
Hacia el final del siglo XIX, los efectos analgésicos del óxido nitroso ganaron diversas aplicaciones en medicina. En 1881, fue introducido como analgésico en el trabajo de parto.

En 1961, se describió por primera vez el uso médico de una mezcla de gases que consistían de 50% de óxido nitroso y 50% de oxígeno como analgésico durante el trabajo de parto.
Esa mezcla de gases es estable y se tornó muy difundida. Diez años después, la mezcla 50:50 de óxido nitroso y oxígeno pasó a ser usada también en las ambulancias.

Hoy, el óxido nitroso es un coadyuvante fundamental en la anestesia general y en sedación para procedimientos ambulatorios.
Existen diversas ventajas cuando se utiliza óxido nitroso en la analgesia y en la sedación. Es un gas que actúa rápidamente, es fácil de controlar y se elimina inmediatamente después de interrumpir la inhalación. La recuperación rápida de los pacientes es una de sus principales ventajas, especialmente en aquellos sometidos a cirugías ambulatorias.
Su estructura molecular es N2O, y está formada por la unión de dos moléculas de nitrógeno y una de oxígeno. Químicamente es un gas estable, que no reacciona con otros elementos o compuestos.
Se genera por la termólisis controlada del nitrato de amónico, según la reacción, NH4NO3 -> 2 H2O + N2O o por reacción de amoníaco (NH3) con ácido nítrico (HNO3). La única vía de administración del óxido nitroso es inhalatoria, y por lo general, se inhala una mezcla de 65% de oxígeno y 35% de óxido nitroso, ya que la administración de la sustancia al 100% puede producir asfixia y consecuentemente la muerte.
Su mecanismo de acción consiste en llegar al cerebro a través de las vías respiratorias y disminuir la actividad normal de las neuronas. Dependiendo de su concentración y exposición, puede generar analgesia, excitación, anestesia quirúrgica (que se manifiesta por pérdida de la conciencia y amnesia) o depresión total del sistema respiratorio (que sin apoyo artificial, provoca un estado de coma y la muerte).
El óxido nitroso siempre es usado en forma gaseosa, aunque el gas es manipulado en forma líquida en cilindros de alta presión o tanques criogénicos.
Se presenta envasado en cilindros metálicos que se conectan a la red de distribución de los hospitales, llegando hasta las salas de cirugía y otros lugares de consumo, donde se lo utiliza siempre en combinación con oxígeno medicinal.
Con respecto a su incidencia sobre el medio ambiente, es un importante gas de efecto invernadero con una permanencia media de 100 años en la atmósfera. Actualmente se le atribuye el 5% del efecto invernadero artificial, además de atacar la capa de ozono, reduciéndolo a oxígeno molecular y liberando dos moléculas de monóxido de nitrógeno (NO).
En este caso, se identifican como fuentes principales de emisión de óxido nitroso, los procesos llevados a cabo en agricultura, el uso de fertilizantes nitrogenados, la deforestación, los combustibles fósiles y las emisiones volcánicas, entre otros.

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