La Responsabilidad Social es lo que caracteriza a un profesional que trabaja ante un contexto social, que sea lo más profesional posible y un experto elaborando su trabajo para el funcionamiento social. Esta responsabilidad la debe tener todo profesional que ejerza su profesión, teniendo compromiso al 100%, si un empleado del Estado no está comprometido con esta responsabilidad, la sociedad puede intervenir para que esta persona deje de ejercer su profesión. Tenemos el claro ejemplo del personal Militar, uno de los principales compromisos que tiene es contribuir a la defensa Nacional, obligando a todo el personal al conocimiento de las normativas nacionales e internacionales expresadas en tratados, convenios, leyes, etc., para así poder proceder marco de conflictos armados u otras acciones específicas señaladas en éstas, al respeto de las mismas y al compromiso de cumplir el servicio observando los límites legales que en ellas se determinen. El personal Militar responde en nombre del Estado, no en nombre propio. Por lo tanto sus actos emiten responsabilidad directa individual y para el país que representa.
El Trabajo en Equipo se basa en poder aprender del personal profesional utilizando la potencialidad y capacitación de cada uno de sus integrantes que son expertos en su especialidad, este concepto está muy centrado en el ámbito militar, la representan con la frase “todos para uno, uno para todos”. Hoy en día, las maneras de trabajar en equipo han cambiado demasiado, gracias a la tecnología, permitiendo así trabajar más fácil y conjuntamente más eficaz. Épocas anteriores, donde todo era simple, las comunicaciones y puntos de encuentros se complicaban, haciendo así, un trabajo más individual por falta de claridad, comunicación y escasez de recursos, el último general que conducía en el campo de combate conociendo solamente él el plan total y ordenando a sus comandantes qué hacer, fue Napoleón. Luego se incorporó el concepto de que el conductor necesitaba asesores y fue el gran auge de los estados mayores. Hoy la única manera de sobrevivir es integrando una organización inteligente, es decir, trabajando en equipo. El trabajo en equipo es el que orienta la capacitación individual y de la organización. En la primera, se debe aprender a aprender y desarrollar las habilidades de comunicación; en la segunda, se debe desarrollar, para el cumplimiento de la misión, la responsabilidad distribuida en todos los miembros de la misma y no exclusivamente en la cúpula, porque todos ellos deben tomar decisiones de gran trascendencia para la organización, independientemente del nivel en que se encuentren (concepto de equipo). El profesional militar, a medida que se va identificando con la organización, en un proceso de entrega personal hacia el grupo al que pertenece y de asumir como propios los valores, intereses y objetivos de éste, va construyendo el espíritu de cuerpo. Cuando existe un alto nivel de espíritu de cuerpo es porque sus integrantes han alcanzado un alto grado de pertenencia y por ende de integración. Se convierte así en un estado mental y emocional de la organización que es percibido por el resto de los grupos. El espíritu de cuerpo es dinámico y cambiante. Necesita del aporte constante de cada uno de los hombres y el trabajo solidario en la conquista de un objetivo común.
Por eso, dentro del ámbito Militar, los valores y relaciones humanas son tan importantes como indispensables, si se trabaja en conjunto y equipo, todo es más fácil aportando cada uno aportando lo suyo para que todos cumplan su conjunta misión.