14 octubre, 2024

Uno de los problemas más habituales en la actualidad relacionados con el trabajo es el estrés laboral.

El estrés laboral es una consecuencia de distintas situaciones que se producen en nuestro día a día del trabajo y de distintos factores que afectan a su salud mental y física.

Entre las múltiples causas que producen el estrés laboral, vamos a elaborar una lista con las más habituales y que tienen que ver de forma más directa con este problema.

  • En primer lugar, la acumulación de tareas. Cuando a un trabajador se le asignan varias tareas a la vez y no es capaz de organizarse ni recibe ayuda para organizar el trabajo, se produce una sensación de agobio y de angustia ante la dimensión de las tareas que tiene delante. Saber organizarse resulta fundamental para evitar el estrés laboral.
  • En segundo lugar, el factor tiempo. En también muchas ocasiones se da el caso de que las tareas necesitan ser ejecutadas en tiempo récord. A veces porque no nos organizamos bien y se nos echa el tiempo encima y otras veces porque son tareas urgentes e inmediatas que hay que tener para nuestros jefes lo antes posible. Lo que hay que hacer es tener en cuenta de si la tarea requerida va a poder ejecutarse en el tiempo que nos lo piden. Si no es así, pedir ayuda es algo que no sólo no es malo sino que además aligera nuestra carga mental.
  • Otro de los factores que inciden en el estrés laboral es la auto exigencia. Tratar de tener todo ya es algo que en ocasiones más que nuestros responsables o jefes nos lo exigimos nosotros mismos. No nos damos cuenta que nuestro nivel de auto exigencia, si es elevado, puede suponer una carga mayor a las que ya exigen las tareas del día a día.
  • Las relaciones laborales con el equipo de trabajo. Cuando se producen tensiones o fricciones y trabajamos junto a personas que consideramos no están siendo éticas en su manera de actuar, se produce una sensación de desamparo, agobio y desaliento. También ocurre cuando percibimos cierto acoso laboral. El estrés laboral, en este caso, se presenta como un factor añadido.

Es notorio que cualquier cuadro de estrés presenta una serie de particularidades que afectan al plano físico además del emocional pero, ¿cuáles son?

Hemos elaborado una pequeña lista con aquellos problemas físicos más evidentes de acuerdo a los casos analizados durante muchos años de trabajo. Existen distintos tipos en función del grado de estrés en el que se encuentre el paciente, pero vamos a enumerarlos todos independientemente del nivel que presente. Estos son:

  • Problemas respiratorios. El estrés y sus consecuencias físicas tiene en la respiración uno de los principales si no el más afectado. Respiración irregular, costosa y generalmente torácica o clavicular en lugar de diafragmática que es la que se realiza en estados de reposo y calma.
  • Dolor y rigidez muscular. La rigidez muscular obedece a un estado de tensión física evidente y que se hace palpable en los casos de estrés y nerviosismo acentuado. La rigidez muscular puede provocar dolores abdominales, de músculos en articulaciones o temporomandibulares en los casos de bruxismo.
  • Dolores de cabeza. Debido a la tensión que se provoca en el estrés, la circulación y el ritmo cardíaco se aceleran. También aparecen cefaleas asociadas a centros y terminaciones nerviosas.
  • Sudoración. La sudoración es muy habitual en las crisis de ansiedad y en los casos de estrés más agudos. Es una reacción espontánea del cuerpo ante situaciones de mucha tensión y falta de autocontrol.
  • Taquicardias. Como hemos comentado en el punto anterior, el ritmo cardíaco se acelera en los cuadros de estrés de forma habitual. Cambia la tensión y el pulso cardíaco, pudiendo producir taquicardias no controladas en el individuo.

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