Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) revela que existe una proteína llamada “CD81” (Cluster of differentiation 81 que traducido al español sería “grupo de diferenciación 81) que disminuye la replicación de los dNTP’s (o también llamados desoxirribonucleótidos trifosfatos), o sea las enzimas virales causantes del HIV, adaptándose al receptor del virus, el CD4. Si los dNTP´s no se replican, la infección puede detenerse.
Esta proteína se codifica por el gen homónimo y también puede ser conocida como 26 kDa y TAPA-1 (Target of the Antiproliferative Antibody 1 que traducido al español sería “Objetivo del anticuerpo antiproliferativo 1”).
Existe otra proteína, la SAMHD1, que cumple un papel importante en el empleo de la CD81, ya que la interacción entre ellas es indispensable para frenar la réplica del HIV. En los primeros años de investigación en la lucha contra el sida, no se había tenido en cuenta la SAMHD1 debido a su alta especificidad (creían que había poco para investigar, porque tenía solo un dominio SAM y otro dominio HD), por lo que recién años más tarde recobró importancia gracias a que se comprobó que degrada los dNTP´s. Si en la célula (o virus) escasean los dNTP´s, no se puede realizar la transcripción de los genes por lo que no se replica y el virus se detiene en una infección no productiva.
En resumen, la SAMHD1 inhibe a la proteína D81 (que si aumentara también aumentaría la replicación del HIV) y así logran frenar el avance del virus.
Hasta ahora las vacunas clásicas no han surtido efecto en la lucha contra el sida, y las terapias que se emplean solo han conseguido hasta ahora bloquear la replicación del virus, pero no han conseguido eliminarlo, por lo que su tratamiento es crónico. Pero además el virus es escurridizo y logra mutar sus genes para adaptarse y mejorar su resistencia ante cualquier tratamiento, por lo que es imprescindible la búsqueda constante de nuevas alternativas para combatirlo.
Lo publicado en este artículo hasta ahora, de enfoque cuantitativo y alcance exploratorio en lo que respecta a metodología de investigación, prepara el terreno para nuevas investigaciones quedando abierta la posibilidad de encontrar alguna cura en algún futuro. Mientras tanto, no olvidar que estamos ante la presencia fuerte de una enfermedad muy fácil de contagiar y que hasta el 2015 ya se había llevado la vida de más de 34 millones de personas. En el 2012, por ejemplo, se estima que se llevó la vida de 1.600.000 personas, y que cada día 700 chicos contraen la infección de su madre HIV-positiva durante el embarazo o el amamantamiento. El resto, en su mayoría, se contagia a través de relaciones sexuales y una menor parte a través de transfusiones de sangre infectada, por intercambio de agujas, por contacto bucogenital con una persona infectada sin protección, etcétera.
Lo que hace el Virus de la Inmunodeficiencia Humana es atacar directamente al sistema inmunitario, debilitando las defensas del cuerpos y dejándonos vulnerables antes cualquier agente o condición externa (infecciones y cáncer, por ejemplo). A medida que el tiempo avanza, son más las células del sistema inmune que van pereciendo y así nuestra enfermedad va aumentando progresivamente.
Actualmente, gracias a los tratamientos antirretrovíricos, las personas HIV-positivo pueden vivir más tiempo y en mejor calidad de vida. Además, se comprobó que el tratamiento antirretrovírico evita la transmisión del virus desde una persona infectada.
La manera más segura de evitarla es usando preservativos, jeringas no utilizadas previamente y esterilizadas, y pruebas de detección habitualmente, ya que la fase más avanzada del HIV (conocida como síndrome de inmunodeficiencia adquirida) puede tardar entre dos y quince años en manifestarse, dependiendo de cada persona.
Fuente:
https://en.wikipedia.org/wiki/CD81
http://www.starmedia.com/mujer/datos-curiosos-sida/
http://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/10-datos-que-debes-conocer-sobre-el-sida_9950
