Esta nueva modalidad de acoso laborar por parte de compañeros y jefes llamada moving se ha vuelto muy frecuente, puede finalizar con pérdidas de trabajo o daños psicológicos de la víctima.
Las personas son víctimas de una violencia psicológica, injustificada a través de actos negativos de forma sistemática y recurrente. Son intimidados o perturbados y los obliga a abandonar el trabajo.
Unas de las estrategias y modalidades es asignarles objetivos y proyectos que son inalcanzables o difíciles de cumplir en un tiempo determinado, la sobrecarga de trabajo, las amenazas sobre la continuidad, la quita de tareas y áreas de responsabilidades, cambiando su rutina y hasta llegar a tratarlo de una manera discriminatoria e ignorarlo, hablando en tercera persona sobre el presente simulando su inexistencia, retener información crucial para su trabajo o presionarlo constantemente para que cometa errores y así acusarlo de negligencia o falta profesionales. Difamar a la víctima haciendo acusaciones públicas desvalorando el esfuerzo realizado o bloquear su carrera profesional en el futuro luego de la desvinculación de su trabajo e interviniendo en su privacidad, robando elementos claves para su desarrollo laboral, hasta llegar al punto de atacar sus convicciones personales y religión. También llegan otros compañeros a participar de estas acciones.
Esto lleva a un proceso de desvalorización personal, deteriorando su confianza y sus capacidades profesionales, sintiéndose culpable de haber cometido verdaderamente errores o incumplimientos. También puede producir insomnio, ansiedad, estrés, irritabilidad, cambio de la personalidad, problemas en las relaciones con otros fuera del ámbito laborar, depresión, torpeza, indecisión, agresividad, etc.
Esto puede desenlazar en la salida de la víctima de la organización de manera voluntaria o forzosa, pidiendo un traslado o renunciando. En muchos casos las secuelas del moving recibido persisten después de la salida de la empresa con informes negativos a futuros empleadores, llamado re-moving.
La recuperación de la víctima dura años y casos extremos nunca llega la recuperación.
