La importancia de la integridad de un agente de transito
En muchas situaciones de la vida cotidiana , suele parecer que la intolerancia se apoderó de las calles del país y los encargados de regular la movilidad se convirtieron en destinatarios de las agresiones de algunos ciudadanos.
A la problemática social y económica que atraviesa el país, el caos vehicular en Buenos Aires -producto de las obras del Metrobús y el sinnúmero de movilizaciones que se llevan a cabo casi a diario-, se le suma intolerancia y prepotencia entre los ciudadanos.
Revisando la problemática planteada, se pueden analizar o proponer varias pautas de seguridad que podrían crear un ambiente mas seguro para el agente de transito, si bien no existe capacitación alguna que prepare a una persona en como reaccionar ante hechos de violencia; tuve la oportunidad de entrevistar a a varios agentes de transito y estos en general concuerdan en la misma idea de que un agente necesita una preparación mas extensa, dada la circunstancia de que estos suelen lidiar ante situaciones «criticas», a su vez sienten una falta de cobertura psicológica por parte del estado. En los últimos años al haberse incrementado los hechos de violencia también se incremento la atención que ponen las autoridades sobre este tema, un primer paso al respecto fue la instalación de cámaras de alta calidad en los cascos de los funcionarios públicos, ya que teniendo registro de los distintos operativos, seria mas eficaz y arbitraria la manera de evaluar la situación de lo sucedido, y seria una gran herramienta en caso de que alguna de las partes (ciudadano-agente) decida tomar acciones legales frente a un hecho de violencia. Si bien es un recurso que se incorporo lentamente, el cuerpo de agentes de transito no cuenta con una cantidad tal de cámaras como para mantener registro de lo vivido por todos los agentes que brindan servicio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En 2016 un bloque de diputados bonaerenses propusieron incluir el articulo 80 bis en el codigo de faltas de la Provincia de Buenos Aires, que prevé prisión efectiva y severas multas para los agresores, en marco de las distintas agresiones se intenta meterle un freno legal para asi garantizar la seguridad de los Agentes de Transito. El Artículo 80 bis en el Código de Faltas de la Provincia de Buenos Aires, que estipula penas de prisión efectiva y duras multas para aquellos que “agredan físicamente, amenacen, hostiguen e insulten a los funcionarios de la inspección vial. Aquellos que intenten eludir el control, también serán alcanzados por la ley”.
“Proponemos que si alguien agrede a un agente o policía, o evade los controles, la pena que se estipula en el código que es de entre 10 y 30 días de arresto, se cumpla de manera efectiva, como ocurre en cualquier país del mundo. También proponemos agravar la pena económica para estos casos”, indicó el diputado Viviani.
En lo personal concluiría que en un primer paso, se podría actuar mediante una buena campaña de concientización de la seguridad vial, explicando los riesgos y la importancia de la labor que realizan estos funcionarios públicos día a día, y usando la lógica parte de la violencia dirigida hacia ellos debería disminuir; a su vez dadas las condiciones socio-culturales que atravesamos en la actualidad, hace pensar que esta medida sola no parecería solucionar de manera completa el problema; el tener un registro mas amplio de lo sucedido en la vía publica a través de grabaciones y el conocimiento por parte de los, en estos casos infractores, de que se puedan implementar penas graves, como hasta arrestos efectivos de hasta 30 días y a su vez importantes sanciones económicas por casos de agresiones, también podría utilizarse como prevención, hago énfasis en que un ciudadano debería estar en conocimiento de las distintas medidas que se podrían tomar frente a estas situaciones, ya que lo importante seria prevenir de este modo, no castigar; en lo que respecta a lo individual, hablando de los Agentes de Transito, el apoyo de un gabinete multidisciplinario de profesionales que este al servicio activo para ayudar de psicológica o físicamente, la implementación de «quiet zone» o zonas de silencio en las distintas bases operativas, para relajar un poco el estrés absorbido en las calles y sobre todo una preparación, concientización y capacitación; real, efectiva y constante, serian parte de las herramientas que brindaría como institución para protección de la integridad psico-físicas de los trabajadores frente a este amplia y compleja problemática.