ESFUERZOS POSTURAS Y MOVIMIENTOS REPETITIVOS
Sobreesfuerzos
Los trastornos Mùsculo esqueléticos (TME) derivados del trabajo afectan a gran número de trabajadores de los distintos sectores de la actividad económica. Cada año, millones de trabajadores los sufren. Las consecuencias de los sobreesfuerzos abarcan desde el dolor y la inflamación de diverso grado hasta lesiones graves e incapacitantes. Entre las causas físicas de los trastornos musculo esqueléticos cabe citar: los movimientos manuales, la manipulación de cargas, las malas posturas y los movimientos forzados, los movimientos muy repetitivos, los movimientos manuales enérgicos, la presión mecánica directa sobre los tejidos corporales, las vibraciones o los entornos de trabajo fríos. Entre las causas relacionadas con la organización del trabajo cabe destacar: el ritmo de trabajo, el trabajo repetitivo, los horarios de trabajo, los sistemas de retribución, el trabajo monótono y algunos factores de tipo psicosocial. Son innumerables las ocupaciones y actividades en las que se realizan sobreesfuerzos. Además, la creciente participación de la mujer en sectores de actividad en los que predominan, entre otros, los movimientos repetitivos en miembros superiores o de destreza manual a ritmo elevado, posturas predominantemente estáticas sentadas o de pie con escasa movilidad, manejo de cargas importantes, etc, explica la significativa tasa de incidencia de accidentes y enfermedades profesionales entre la población laboral femenina.
Para prevenir con eficacia los trastornos musculo esqueléticos, la atención debe centrarse en los factores de riesgo que determinan las condiciones de trabajo, a la evaluación del riesgo, la vigilancia de la salud, la formación, la información y consulta a los trabajadores, la prevención de la fatiga y los sistemas de trabajo ergonómicos contando con el asesoramiento de los técnicos en prevención de riesgos laborales.
Los sobreesfuerzos son la consecuencia de una exigencia fisiológica excesiva en el desarrollo de fuerza mecánica para realizar una determinada acción de trabajo. El sobreesfuerzo supone una exigencia de fuerza que supera a la considerada como extremo aceptable y sitúa al trabajador en niveles de riesgo no tolerables. Las consecuencias de los sobreesfuerzos, se plasman en una diversidad de trastornos musculo esqueléticos, sin despreciar los efectos que sobre el sistema cardiovascular origina.
Trastornos músculoesqueléticos en el ámbito laboral.
Las principales circunstancias que generan trastornos musculoesqueléticos son: las excesivas fuerzas requeridas al trabajador mediante la manipulación manual de cargas, las posturas forzadas de trabajo y la repetitividad de movimientos.
Manipulación manual de cargas.
Se entiende por manipulación manual de cargas, cualquier operación de transporte o sujeción de una carga por parte de uno o varios trabajadores, como el levantamiento, el empuje, la colocación, la tracción o el desplazamiento, que por sus características o condiciones ergonómicas inadecuadas entrañe riesgos para el sistema musculoesquelético del trabajador. Incluye la sujeción con las manos y con otras partes del cuerpo, como la espalda, y lanzar la carga de una persona a otra.
Posturas forzadas.
Posiciones mantenidas de trabajo que suponen que una o varias regiones anatómicas no se encuentran en una posición natural y cómoda para permanecer un tiempo prolongado. Las extensiones, flexiones y/o rotaciones osteo-articulares forzadas con frecuencia provocan lesiones musculo-esqueléticas. Las tareas con posturas forzadas que afectan fundamentalmente a tronco, brazos y piernas son comunes en trabajos en posiciones, de pie o sentado, prolongadas en talleres de reparación, centros de montaje mecánico, instalaciones de fontanería, eléctricas, etc., y provocan numerosas lesiones musculo-esqueléticas en estas actividades.
Movimientos repetitivos.
Se entiende por movimientos repetitivos a un grupo de movimientos continuos, que implica al mismo conjunto osteo-muscular provocando en el mismo fatiga muscular acumulada, sobrecarga, dolor y por último lesión. En términos generales se considera que un movimiento es repetitivo cuando su frecuencia es superior a 4 veces por minuto. Las tareas con movimientos repetidos son comunes en trabajos en cadenas de montaje, talleres de reparación, industria agroalimentaria, trabajos administrativos, centros comerciales, etc. dando lugar a lesiones musculo-esqueléticas especialmente en miembros superiores.
Prevención de sobre esfuerzos. Como evitarlos:
– Tener que realizar manipulaciones con el codo por encima del nivel de los hombros.
– Tener que realizar acciones manuales por detrás del cuerpo.
– Que los elementos del puesto impidan trabajar con comodidad.
– Tener que estar estático (de pie o sentado) durante la mayor parte de la jornada.
– Tener que manipular bruscamente cargas desconocidas o voluminosas.
Procurar:
– Que la superficie de trabajo se sitúe a la altura idónea en función de la estatura y tarea.
– Tener espacio suficiente para las piernas y los pies.
– Alternar, en la medida de lo posible, el trabajo sentado y de pie.
– Disponer del asiento más adecuado para la posición que requiere la tarea a realizar.
Durante la manipulación de cargas. Evitar:
– El empuje o tracción por encima de los hombros o por debajo de la cintura.
– Tener que utilizar ayudas mecánicas en mal estado o deficiente mantenimiento.
– Giros, flexiones o extensiones del tronco con la carga en manutención.
– Levantar o depositar cargas por encima de la cabeza.
– Los «retos» o «apuestas» con la manipulación de cargas.
Procurar:
– Disponer de las ayudas mecánicas necesarias.
– Prever el trayecto a realizar con la carga y despejar los obstáculos que haya.
– Distribuir equilibradamente la/s carga/s.
– Organizar a los trabajadores ante cargas importantes y/o dificultosas.
Cuando las tareas exigen posturas forzadas o movimientos repetitivos. Evitar:
– Realizar reiteradamente pinza de fuerza extrema con los dedos de la mano.
– Adoptar posiciones corporales extremas y menos si desarrollas fuerzas o levantas cargas.
– Realizar acciones de fuerza con las manos en flexión, extensión o rotación extremas. No permanecer mucho tiempo en la misma postura.
Procurando:
– Alternar tareas estáticas con otras en movimiento.
– Intentar mecanizar la tarea que sea repetitiva y monótona.
– Disponer los elementos del puesto para que permitan realizar la tarea de la forma más cómoda posible.
– Estudiar la forma de corregir y adaptar el puesto adaptándolo a quien lo ocupe.