La industria del cloro intenta seguir utilizando mercurio, podrán seguir hasta que lleguen las sanciones por parte de la UE al Estado Español. Pero hasta que lleguen esas sanciones, las empresas podrán seguir produciendo cloro unos años más con una tecnología anticuada y contaminante.
Según el reglamento UE
«el mercurio es una sustancia muy tóxica que representa una gran amenaza mundial para la salud humana, en particular en forma de metilmercurio presente en el pescado y el marisco, los ecosistemas y la flora y fauna silvestres. Debido al carácter transfronterizo de la contaminación por mercurio, entre el 40 % y el 80 % de la deposición total de mercurio en la Unión tiene su origen fuera de su territorio. Se justifica, por consiguiente, la adopción de medidas locales, regionales, nacionales e internacionales».
Por todo esto, ecologistas solicitaron comunicar a las comunidades la ilegalidad que supone otorgar prórrogas para la producción de cloro con tecnología de mercurio.
Celulosa, Cloro y Mercurio
Una de las tantas sustancias preocupantes que emiten las plantas de celulosa es el mercurio, sustancia ampliamente conocida por sus impactos en la salud y en el medio ambiente.
El mercurio es un elemento químico que se encuentra en la corteza terrestre. Los seres humanos no pueden crearlo o destruirlo. Es una sustancia tóxica y persistente que cuando se libera al ambiente, eventualmente se deposita en el suelo y en el agua. Una vez allí, los microorganismos lo transforman a metil-mercurio, que se bioacumula en las cadenas alimenticias, por lo que representa un riesgo para la salud humana y el medio ambiente. Una vez que ha sido liberado al ambiente, se puede transportar a grandes distancias y a menudo aparece en zonas muy alejadas de donde fue inicialmente liberado.
El mercurio puro es un metal líquido. Se encuentra naturalmente en rocas como el carbón mineral. La emisión y la liberación al ambiente puede deberse a varios procesos, siendo uno de estos la producción de cloro.