Parémonos un momento a pensar en qué factores influyen en la actividad empresarial. Por un lado están los factores internos, la organización, el modelo de negocio, la gestión, etc. Por otro, los factores externos, el entorno económico, los impuestos, subvenciones, etc.
Entiendo que los factores externos son las reglas del juego al que toda empresa debe acogerse y que, por término general, son para todos igual y no se puede ejercer ningún control sobre ello, vienen impuestos de antemano. Mientras que los factores internos son inherentes a la propia empresa, la dirección de la misma los puede variar y adaptar a las distintas condiciones.
Desde mi punto de vista, los factores internos son los que tienen una mayor ponderación en el desarrollo del negocio. Primero porque si las reglas del juego son para todos igual, está claro que el hecho de que unas empresas tengan éxito y otras fracasen se debe, por un lado, a una mejor adaptación a esas condiciones y, por otro, a una mejor gestión de sus factores internos.
El empresario debe aspirar a que los factores externos sean los más adecuados para que el desarrollo de su negocio sea óptimo, pero no nos engañemos, el 70% del resultado va a depender de él mismo y, en la mayor parte de los casos, el no conseguirlo va a ser consecuencia de esa mala gestión de los factores internos que tanto mencionamos, no de los externos. A continuación nombraré dos de los que, a mi parecer, son los factores internos que marcan tendencia de una empresa a la hora de trabajar eficientemente.
Comunicación interna
La cultura de la organización está construida en la comunicación interna; esto incluye las relaciones interpersonales, los materiales de entrenamiento, boletines, declaraciones filosóficas y políticas. Los empleados están más felices cuando son corteses y respetuosos entre sí. Ellos quieren que se les reconozcan sus logros. Cuando se les proporcionan suficientes instrucciones a los subordinados, se les permite hacer su trabajo eficientemente. Cuando se ayuda a los empleados a identificarse con la misión y objetivos de la empresa, es más probable que te mantengas en el largo plazo persiguiendo el objetivo de la empresa.
Estructura
La estructura es un factor interno que impacta en las operaciones del día a día de tu empresa. Puedes ordenar tu empresa por departamentos y equipos, o puedes estructurarla de modo que los empleados trabajen con contratistas externos. La estructura impacta en la cantidad de empleados que contratas, los niveles de jerarquía, la extensión de la colaboración entre los empleados y los departamentos y los roles de tus empleados. Si eliges una estructura basada en el trabajo por contrato, por ejemplo, ahorrarás dinero en empleados pero tendrás menos control sobre el producto final.
Cada una de estas al parecer «insignificantes» piezas por separado, en conjunto pueden condenar a una empresa al fracaso o llevarla completamente al éxito, por más que la creencia general sea que «todo depende de los números» y que todo puede ser calculado.