La desinformación, un tema preocupante, que ronda en torno a los accidentes laborales, los trabajadores se encuentran en medio de un tremendo dolor de cabeza cuando por desgracia sufren una lesión en el ámbito laboral o enfermedad profesional y es en ese momento cuando los aprovechadores aparecen, conociendo los baches de información para sacar rédito de la situación, los más conocidos como “caranchos”, personas con conocimiento de las leyes laborales, los contratos con los seguros, Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (A.R.T.) y la Secretaria de Riesgo de trabajo (S.R.T.), por su parte también preocupa a las empresas, por el elevado costo que tiene la contratación de una aseguradora de riesgos del trabajo (ART) a fin de prevenir y tener cobertura en sus empleados, ante accidentes laborales y enfermedades referentes al rubro del empleo. Y ahora se agregan las ART que según la ley cobran un 3,3% de la masa salarial, con variaciones según la actividad. El punto es que el promedio engaña. Cuando uno observa en qué valores se están renegociando los nuevos contratos, el panorama se torna delicado .en término de las finanzas empresariales.
El problema está planteado de la siguiente forma. Normalmente, cuando un trabajador sufre un siniestro laboral, informa a su empleador, que, a su vez, se comunica con la ART para atender médicamente al empleado. Si subsiste un daño permanente, la ART evalúa el daño y ofrece un monto de indemnización que surge de la aplicación de una fórmula sancionada en la ley 24.557 y un listado de enfermedades profesionales, más un baremo que determina los porcentajes de incapacidad. Si el trabajador considera que la evaluación del daño no es correcta, puede apelar ante la Comisión Médica de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Pero, desde hace más de una década, muchos abogados buscan a trabajadores con enfermedades de dudosa procedencia laboral (en particular, lumbalgias, cervicalgias e hipoacusias) y hacen una demanda en los juzgados laborales provinciales contra la ART, sin que el empleador del trabajador se entere. El abogado, antes de llevar el caso a juicio, ofrece un arreglo económico a la ART, quien accede, con el argumento de que el arreglo es menos costoso que llevar adelante un juicio. Con esta mecánica, se ha formado una verdadera industria del juicio por accidentes y enfermedades laborales.
Por las que las ART, han subido sus alicuantas en forma súbita para las empresas al ver que había cuatro mil de estas demandas por año, mientras que en el año 2015 hubo 106 mil y para el año 2016 sufrió una suba del 20 %, con más de 120 mil casos. Nótese que entre el 2004 y el 2015 se registra un período de caída de la tasa de siniestralidad laboral en las empresas, pero de crecimiento exponencial de las demandas judiciales. Estos datos hacen sospechar que muchas de estas demandas judiciales contra las ART serían espurias.
En conclusión la mala información y falta de compromiso en cumplir su tarea fundamental, la Secretaría de Riesgo del Trabajo, dependiente de la Secretaría de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, de garantizar el efectivo cumplimiento del derecho a la salud y seguridad de la población cuando trabaja y proteger los bienes e intereses de los trabajadores, como de las empresas dejando que se realicen tratados para beneficio de unos pocos y en perjuicio de la mayoría, por no constatar la gravedad de las lesiones, sus consecuencias y el verdadero resarcimiento económico por el porcentaje de discapacidad ocasionada a la persona y no mantener el registro nacional de incapacidades laborales en el cual se registran los datos del damnificado y su empresa, fecha del accidente o enfermedad, prestaciones abonadas, incapacidades reclamadas. Elaborar equivocas estadísticas sobre accidentabilidad laboral y cobertura del sistema de riesgos del trabajo y no supervisar y fiscalizar a las empresas autoaseguradas y su cumplimiento de las normas de salud y seguridad en el trabajo, los trabajadores en ocasión de sufrir un accidente de trabajo contraen también un gran dolor de cabeza.