29 marzo, 2024

Al examinar las relaciones entre ética y la teoría del derecho, se vio el parecido entre estas ciencias, ya que las dos se refieren a normas o las estudian.

Dentro del comportamiento normativo se encuentran reglas convencionales que no pertenecen al ámbito de la moral y que regulan el comportamiento de los hombres en la sociedad. Estas reglas, llamadas normas sociales, también entrañan obligaciones y regulan las relaciones de los individuos. Son por ejemplo: vestirse adecuadamente en una ceremonia, conceder el lugar a una dama, devolver un saludo, entre otros. La ética se pregunta si acaso estas reglas tienen un carácter moral, cuáles son sus relaciones y diferencias con las normas jurídicas y morales. El tipo de obligación que entrañan estas reglas de convivencia social no son una represión al derecho ni tampoco una convicción y adhesión íntima como las que acompañan a las normas morales. El incumplimiento de una norma social, no implica una multa o algo parecido, sino solo la reprobación o el ridículo.

A su vez, la moral tiene un carácter social en cuanto que los individuos se sujetan a principios, normas o valores establecidos socialmente; regula actos que tienen consecuencias para otros y requieren necesariamente la sanción de los demás, contando con el requisito de que los individuos acepten libre y conscientemente determinados principios, valores e intereses.

A lo largo del tiempo, el hombre desarrollo diferentes métodos que le posibilitaron crear, mantener y desarrollar vínculos dentro de su cultura y dentro del marco social de cada época. Con la generación constante de costumbres y hábitos se dio lugar a establecer ciertas normas y leyes que definieron precedencias y marcaron lineamientos sobre las modalidades de interrelación y de accionar con los demás, dependiendo del contexto del evento acontecido.

Cabe destacar la importancia del ceremonial y protocolo para que el ser humano se pueda insertar en la sociedad. Como ceremonial entendemos que es un conjunto de normas o reglas que hacen referencia a una ceremonia y que pueden o no estar escritas para actos públicos o solemnes. Y en el caso de protocolo, son aquellas reglas escritas que nacieron en algún punto por usos y costumbres. En la antigüedad podemos encontrar el ceremonial y protocolo en los rituales que organizaban en aquel momento las tribus y con el pasar del tiempo como se fue insertando con la aparición de la política. En la actualidad se puede resaltar la relevancia que va tomando no solo en las instituciones dependientes del Estado, sino en las empresas y la vida privada de las personas. Es una herramienta esencial en lo relacionado a la vida en sociedad, dando las pautas de como desenvolverse en ámbitos sociales según las reglas establecidas y brindando fluidez y soltura a la hora de organizar eventos, ceremonias u otras actividades.

En relación al protocolo podemos encontrar a la moral que procede del latín mos, significa costumbre, hábito, en el sentido de conjunto de normas o reglas adquiridas por medio del hábito. El mundo de las costumbres es bastante complejo y diverso; no todas ellas pueden ser calificadas de morales, o sea que se puede decir que lo ético comprende las disposiciones del hombre en la vida, su carácter, sus costumbres y también lo moral.

Las Relaciones Publicas tienen el fin de crear, cuidar y mantener la imagen de una empresa, marca, persona o institución y a través de la comunicación transmitir un mensaje en el cual está la intención por parte del comunicador de crear una respuesta favorable del público.

El modo por el cual se transmite el mensaje puede ser éticamente incorrecto en la medida que sea falso o engañoso. Esto puede traer consecuencias no solo para la comunidad sino también para la empresa. Muchas veces puede pasar que la imagen corporativa se encuentre dañada y ante situaciones extremas de crisis de credibilidad se acuda a transmitir mensajes falsos para poder cambiarla. También cuando está en juego el prestigio de la empresa se deja de lado lo ético y la moral para desfigurar la verdad y crear otra imagen que no es la real. La ética del relacionista público influye en cada una de sus actuaciones que puedan ser favorables o desfavorables para la institución. Va a depender de él, de su credibilidad y honestidad y de la entidad para la cual trabaje. Por otro lado están orientadas a la sociedad ya que dependiendo de ciertas actuaciones ciertas personas pueden verse perjudicadas o beneficiadas entonces mas allá de las virtudes que pueda poseer para organizar, para solucionar problemas, o crear la imagen de la empresa, también debe tener virtudes morales que se traduzcan en una responsabilidad ética, es decir que el relacionista público debe concienciarse de la responsabilidad  que asume con los receptores del mensaje y prever el impacto en la sociedad.

«Sólo cuando la mayoría de los profesionales actúen de forma ética, quedará claro cuando otros no lo hagan. Solo entonces aquellos que no las practican (las relaciones públicas) reconocerán que éstas constituyen una profesión ética» Grunig y Hunt.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *