14 octubre, 2024

Introducción

En este trabajo presentaremos la creación de vinos varietales elaborados en nuestras bodegas ubicadas en la provincia de La Rioja. Los mismos responden a la clasificación de «vinos de la tierra», por estar producidos en una región determinada como es la zona riojana que con sus características específicas medioambientales y de cultivo, confieren a estos vinos un cierto carácter especial.

El producto

Se trata de los vinos «Estrellas» cuyo nombre está referido a las estrellas que alumbran el cielo que cubre nuestros viñedos, de los que provienen las uvas que le dan origen. Las estrellas que surcan el firmamento en forma fugaz se asocian a la buena suerte que, en este caso, está referido al descubrimiento de nuestro producto.

Con este nombre nació este vino que combina las uvas cosechadas, seleccionadas en su justa medida y elaboradas en nuestra bodega que está reconocida desde hace más de treinta años por su trayectoria y constante evolución, dando origen a este auténtico elixir destinado a las personas que saben disfrutar de los placeres de la vida.

Este vino riojano está elaborado en dos tipos: tinto y blanco y conservados en barricas de roble en nuestras bodegas.

«Estrellas» Tinto está trabajado con un mix de dos variedades que dan como resultado un vino de color rojo rubí con aroma de frutas rojas, un tinte de maderas y con un cuerpo que denota la madurez de los taninos.

«Estrellas» Blanco es un vino joven con notas de manzana y limón, con agregados de roble adicionados por su crianza en nuestras barricas de madera.

En la elaboración de nuestros vinos de calidad hay un procedimiento de gran importancia para el resultado final que es el embotellado. Para ello tenemos en cuenta tres factores fundamentales que garantizan el desarrollo del proceso: higiene, control del material y ritmo constante. La higiene es observada con absoluta rigurosidad manteniendo una elevada frecuencia de lavado. Al control de botellas y corcho le otorgamos máxima trascendencia. Los tapones de corcho son controlados para mantener los parámetros de densidad y elasticidad necesarios para garantizar la evolución del vino en cada botella. Asimismo la embotelladora trabaja en un ritmo constante para evitar interrupciones que puedan perjudicar la calidad de nuestros vinos.

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