26 abril, 2024

Tenemos que concordar que determinar la búsqueda de una salida a un conflicto, diferente al expediente violento no es sencilla, pues como ya antes anotamos, las personas en el curso del conflicto no razonan, ven afectadas sus percepciones y se muestran reticentes a una salida negociada, pese a los costos que implica el mantenimiento de aquel y la incertidumbre de su resultado. Existe allí una fuerte carga subjetiva. Son los actores principales los que determinan cuando iniciar un proceso de búsqueda de solución pacífica. De allí que sigue siendo válida la inquietud en torno a cuáles condiciones – estructurales y objetivas – tiene que concurrir para que las partes en conflicto opten, por ejemplo, por una salida negociada: ¿un crecimiento constante de los costes? ¿Un fuerte y repentino incremento del daño? ¿El descubrimiento de una oportunidad tentadora? ¿La aparición de un suceso desencadenante? ¿Y cuál es esa oportunidad? ¿O ese suceso? Para que se asuma el expediente violento del conflicto, tiene que darse la circunstancia de que, al menos una de las partes decida no transigir de manera total o de manera suficiente, en sus posiciones respecto al otro. Por el contrario, la elaboración negociada supone no solamente defender los intereses propios, sino que las partes involucradas definan que están dispuestas a oír y a considerar la posición y los intereses del otro y, consecuentemente, respaldar y respetar un acuerdo que implica un cierto grado de concesiones mutuas respecto de las posiciones iniciales de cada una.

  • El diálogo, debe ser franco y abierto de manera que permita incrementar el respeto y la confianza y así posibilitar aclarar los aspectos personales que diferencian a las partes, superar los malos entendidos, refinar la percepción y dejar atrás los estereotipos.
  • La mediación o participación de terceros, que permite la actuación de otros agentes ya como facilitadores de la comunicación que contribuyen al esclarecimiento de las cuestiones y a desarticular los contenidos emocionales presentes en los conflictos.
  • Finalmente, la negociación, es una elección que se fundamenta en el reconocimiento que hacen las partes de las ventajas de una salida pacífica a la diferencia, es decir, “racionalmente” las partes consideran que son mayores las ventajas que pueden obtener a través de un acuerdo, que las que eventualmente pudieran obtener con el mantenimiento del conflicto.

La negociación tiene como objeto la definición del contenido mínimo de los asuntos que serían aceptables para las partes y para llegar a ello es imprescindible, inicialmente, establecer qué criterios conviene emplear en la clarificación de los asuntos y a qué nivel se deben desarrollar las conversaciones, igualmente tener claro cuándo, dónde y para qué iniciar negociaciones. Un enfoque negociador debe prestar mucha atención a los intereses, pero también prestar mucho cuidado a las relaciones de largo plazo. Centrarse en los intereses permite afrontar los complicados pasos y los incidentes que suelen acompañar el proceso negociador. Cuidar las relaciones sirve de orientación sólida que depura las sospechas mutuas.

Nuevos paradigmas en la resolución de conflictos desarrolla una novedosa concepción en negociación: aquella que busca los orígenes de las diferencias en la comunicación y el simbolismo que entraña el lenguaje.

Estos ámbitos son propicios para implantar experiencias innovadoras. La resolución de conflictos se integra a la participación en equipos de trabajo, impulsando a sus componentes a la reflexión antes que a la acción. La resolución alternativa de conflictos es una metodología que construye modos de relacionarse, atendiendo las diferencias personales y promoviendo el diálogo entre partes oponentes.

El nuevo paradigma se centra en la concientización, comprensión y reconocimiento del otro en busca de un espacio común. Las posibilidades del diálogo como superador de diferendos crean un proyecto común de alternativas de acción acordadas. En medio de diferencias o contradicciones es posible hallar espacios y perspectivas de solución partiendo de la empatía y comunicación que se establezca entre las partes.

Conclusión:

Asociado a negociaciones y por transferencia a todo el entramado laboral, el llamado “paradigma del conflicto” es una simple consecuencia de un desacuerdo ya sea en objetivos, formas o procedimientos. Se puede complicar de mil maneras, tanto emocionales en el caso de relaciones personales, como técnicas en cuanto a posturas encontradas de seguir diferentes caminos o buscar metas alejadas.

Es difícil evitarlos pues donde hay interacción de más de una persona habrá siempre posturas encontradas, mil personas será igual a mil maneras y visiones. Pero no siempre es perjudicial, incluso son los causantes de la creación de las oportunidades de crecimiento. No siempre un conflicto es un problema y viceversa.

Hay que evitar caer en el tópico de “persona conflictiva” o empresas conflictivas

Suele determinarse así cuando se da una reiteración o bloqueo donde el tiempo en encontrar las soluciones o puntos de concordia es muy amplio, de manera que parece que siempre hay algún conflicto.

Los análisis son imprescindibles para reconocer y superar los conflictos, como la frase muy de moda en las empresas de “para desatar un nudo hay que saber cómo se hizo”

La toma de conciencia es el primer paso, donde se reconoce por ambas partes la existencia del desencuentro o del atasco. Y delimitar el tipo de conflicto en función de los intervinientes, si son personas emocionalmente implicadas será más complicado que si es una simple decisión sobre intereses económicos u objetivos a cumplir.

La aceptación del conflicto como parte necesaria evitará muchos problemas mayores por miedo a equivocarnos o a enfrentarnos a otras personas, cuando un enfrentamiento no es una guerra, ni una discusión tiene por qué ser una batalla.

Después, una vez analizado y entendido el conflicto, se toman las medidas y estrategias necesarias para su resolución, donde mediarán las partes afectadas hasta encontrar el punto donde todos ganen. Negociación pura. Nunca debemos quedarnos paralizados ante la “posibilidad de un conflicto” si bien se deben tratar de predecir, y prevenir.

Los puntos fuertes de la resolución de conflictos son la cooperación y el compromiso. La anticipación es la base del manejo óptimo de entornos “conflictivos”

Damián Emmanuel Alvarez.

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