Etica y Moral del Profesional de Aduana
Los funcionarios aduaneros tienen la responsabilidad hacia el Estado y sus ciudadanos de poner la lealtad al Estado, a las leyes y los principios éticos antes que el beneficio propio. El público tiene derecho a tener una confianza, certidumbre y respeto totales en cuanto a la integridad de sus administraciones aduaneras y a esperar que todos los funcionarios aduaneros sean honestos, imparciales y profesionales cuando se desempeñen haciendo gala de su competencia, conocimiento, experiencia y autoridad oficial. A fin de mantener la confianza del público es importante que los funcionarios aduaneros se rijan por estrictas normas de integridad en sus tratos con los ciudadanos, los medios empresariales y otros funcionarios del Estado, y que mantengan las mismas normas en su vida personal.
Las personas enfrentan problemas que de una manera u otra podrían poner en tela de juicio su debida conducta, muchas veces ellos mismos dudando de su propia profesionalidad, pero teniendo siempre en cuenta que existen desde tiempos remotos deberes y derechos que cada cual sabe donde clasificarse.
“Los funcionarios aduaneros deben contar con un Código de Conducta, a quienes se les debe explicar bien todo lo que se desprende de éste. Se deben poner en práctica medidas disciplinarias eficaces que incluyan la posibilidad del despido.
Existe un Código de Ética y Conducta del Agente Aduanal que tiene como objetivos:
Construir la base de actuación del Agente Aduanal, para preservar la integridad ética y profesional del gremio y, en consecuencia, del mercado con el cual se encuentra involucrado y comprometido.
Establecer un conjunto de principios específicos, que definan el deber ser en la actuación del Agente Aduanal.
El Código de Ética y Conducta del Agente Aduanal tiene como objetivo principal fijar los límites y parámetros de la actividad y la conducta del Agente Aduanal, con el propósito de redimensionar ante sí mismo y ante la sociedad su papel e importancia por su capacidad técnica de excelencia y por su integridad moral, cuya actuación resultará en la restauración de la confianza de sus colegas, de los clientes y de las autoridades, en su quehacer profesional.
La responsabilidad profesional del Agente Aduanal no se mide solamente por sus intenciones sino por sus acciones concretas y por los medios que emplea, ya que el fin no justifica los medios. A partir de este Código, el socio deberá dar cuenta, tanto a su Asociación como a la sociedad , de la calidad ética de su desempeño.