A lo largo de los tiempos, las mujeres actuaron, trabajaron y vivieron para servir a los hijos, al marido y al hogar, sin tener voz ni voto en las decisiones importantes, ni educación letrada, siendo de pequeñas, propiedad de su padre, y cuando tenían edad suficiente, este entregaba su mano en matrimonio y pasaba a ser propiedad del marido. Así, las mujeres dependían totalmente del hombre para vivir.
Los cambios fueron surgiendo recién a fines del siglo XIX, en la época de la Argentina moderna, cuando comenzaron los primeros movimientos feministas propuestos por las pocas librepensadoras e instruidas mujeres que había, que pusieron en marcha cuatro demandas fundamentales: la remoción de la inferioridad civil, el derecho a mayor educación, el auxilio a las madres desvalidas y los derechos cívicos, como el sufragio.
En el año 1920 se hicieron más firmes las luchas para la obtención del voto femenino, ya que las apoyaban un mayor número de asociaciones de mujeres. Luego de mucho pelear por ello, y con la llegada del peronismo, y el decidido empeño de Eva Perón, se sanciono la ley del sufragio en 1947, y en 1951 se llevó a cabo la primera votación femenina.
La politización de las mujeres en nuestro país fue un gran cambio, los derechos políticos de estas, aumentaron cuando en 1991 se sancionó la ley que modificó la composición de las listas partidarias, determinando un piso máximo del 30% para las mujeres. Argentina fue el primer país en sancionar esta ley. La mayor representación de mujeres en la Legislatura, ha permitido sancionar un mayor número de leyes que ampliaron los derechos de las mujeres, comenzando por la Reforma Constitucional del año 1994, que incluyó en su plexo la convención contra todas las formas de discriminación de las mujeres.
Sin embargo, la discriminación hacia las mujeres, solo fue atenuándose, ya que el machismo sigue presente en todos los aspectos de nuestra sociedad. Y el más grave de ellos es la violencia hacia la mujer. En el año 2017, en nuestro país muere una mujer cada menos de 24 horas. Basado en la lucha contra la violencia contra la mujer nace el movimiento colectivo Ni Una Menos, que marchan, hacen protestas y piden justicia por los femicidios ocurridos en todas las provincias de nuestro país, movilizando a mujeres de todas las clases sociales.
La ley de educación sexual integral dice que cada niño argentino debe recibir clases que combinan prevención, biología, psicología y ética. Pero según Ni Una Menos, sólo dos de cada tres alumnos las reciben, y cuando esto ocurre, las clases son sólo dos horas por año. Un escándalo para los grupos feministas, que estiman que el machismo suele nacer durante la infancia. Desde las escuelas y la propia familia, y el proceso de enculturación trata de justificar y continuar el orden social existente. Eso incluye consideración de valores positivos la sumisión al marido, el matrimonio y tener hijos como una forma preferente de autorrealización.
Un machismo que se encuentra en todos lados en Argentina: en la publicidad, en la televisión y las revistas. La mujer suele estar reducida a su apariencia física. Un objeto. En el país, el acoso en la calle o en los transportes es algo muy frecuente, y para la mayoría de los hombres es un acto halagador para la mujer, una tradición argentina. A principios de diciembre, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires aprobó una ley que permite sancionar el acoso callejero. Los que cometen este delito podrían estar sancionados con hasta 1.000 pesos de multa. Un avance importante, según los grupos feministas. Pero para que se produzcan cambios profundos en la sociedad, Ni Una Menos pide aún más medidas fuertes por parte del gobierno: la estricta aplicación de la ley de integración sexual, por ejemplo, o la igualdad salarial entre hombres y mujeres.
Dentro del movimiento feminista existe un consenso general acerca de la necesidad de reforzar los mecanismos de prevención y de asistencia. Sin embargo, algunas reivindicaciones claves de Ni Una Menos no son compartidas por todas las feministas.
Tal es el caso del aborto. En Argentina, como en la gran mayoría de los países de América Latina, la interrupción del embarazo es ilegal y se encuentra penalizada por la ley. Solamente está permitido en casos de violación o de peligro para la salud de la madre. El pedido se trata de la legalización del aborto, la accesibilidad gratuita y segura a los servicios de salud para abortar, el poder de decidir sobre sus propios cuerpos. Pero aún sigue siendo una asignatura pendiente.
Estos movimientos, marchas, protestas y agrupaciones de mujeres hacen que las mujeres se animen a expresarse, pierdan los miedos y se revelen contra una sociedad machista que las hizo quedarse en su casa a criar a sus hijos y a atender a sus maridos, que las obligó a callar ante las discriminaciones, y ante la violencia que sufrían en sus casas, que no las dejaba elegir a sus mandatarios, ni poder crecer profesionalmente. Pero gracias a esto cada vez más mujeres se unen para gritar: ¡Ni una Menos!
BIBILIOGRAFÍA:
Cultura y sexo.
Inicios del feminismo y las luchas por el sufragio femenino en la Argentina (1900-1947)
http://www.vocesenelfenix.com/content/los-caminos-del-feminismo-en-la-argentina-historia-y-derivas
Violencia de género.
http://www.diariofemenino.com.ar