Es el sector industrial que incluye las actividades relacionadas con el procesamiento de metales para la fabricación de piezas, máquinas y herramientas que se necesitan en la industria y en otros sectores de la economía.
Por ejemplo, actividades de: fabricación de láminas de acero y planchas para hornos, ingeniería de precisión, construcción de maquinaria eléctrica, fabricación de equipos electrónicos, y materiales, para transporte aéreo, terrestre, astilleros
– Es una industria con frecuencia altamente mecanizada, donde se usan sistemas controlados por ordenador, etc. y se han ido desarrollando nuevas técnicas y procedimientos de trabajo.
– Los materiales utilizados son múltiples: de tipo férreo (hierro fundido con aleaciones de níquel, silicio, cromo, aluminio,…), y materiales no férreos como: aluminio, cobre, zinc (y sus respectivas aleaciones), carburos (de tungsteno, tantalio, titanio..), cadmio y otros metales,… así como materiales plásticos: resinas fenólicas (fenol formaldehído, resorcinol formaldehído), resinas amídicas (urea formaldehído) alquinos poliésteres, sistemas epoxi, resinas termoplásticas (polivinilos: poliestireno, polietileno, poliflúor), lubricantes, y otros materiales (fibra de vidrio, de asbesto, pinturas esmaltes, metalizados,…),etc.
Dada la pluralidad de las condiciones de trabajo y las características de los riesgos, se recomienda consultar los agentes de riesgo correspondientes al tipo de trabajo concreto.
RIESGOS
– Riesgos genéricos para los trabajadores similares a toda actividad industrial sobre condiciones de: iluminación, temperatura, electricidad, incendios.
– Accidentalidad amplia y variada por: resbalones y caídas (de personas, de materiales,), manipulación y transporte de materiales y cargas, uso de maquinarias, de herramientas y vehículos, electricidad, exposición a radiaciones ionizantes (en trabajos de verificación y control), etc.
– Riesgos particulares en relación con el tipo de proceso: tratamiento térmico, tratamiento termoquímico (nitración, sulfurización,), tratamiento anticorrosivo de superficies (fosfatación, galvanización, metalizado, esmaltado, pintado, plastificado…), desengrasado (disolventes, soluciones alcalinas, ultrasonidos, o por soplete).
– Exposición a metales: berilio, cadmio, manganeso, níquel, plomo, tungsteno (carburo), vanadio.
– Lesiones respiratorias por: aceites de corte, esmerilado en seco, polvo de metales duros (carburo metálico cementado), plásticos humos nocivos por la descomposición al calor) y en general polvos, vapores y humos de sustancias químicas y grasas.
– Lesiones en la piel, principalmente dermatitis (profesional) por exposición a: aceites lubricantes, aceites de corte, sales minerales, limpiadores, disolventes, adhesivos, resinas sintéticas.
– Exposición a intenso ruido industrial.
– Exposición a vibraciones: en el manejo de determinadas maquinarias y herramientas, etc. que causan lesiones vasculares y articulares.
– Lesiones y enfermedades en relación con las modalidades de condiciones de trabajo: el ritmo de trabajo, horario, trabajo en cadena, trabajo a turnos, tipos de sistema de organización, estrés, etc.
PREVENCION
Por lo tanto son importantes los medios de prevención como: correctos sistemas y métodos de trabajo, de tráfico en el interior, almacenamiento de materiales, condiciones de maquinarias, herramientas y equipos (dispositivos de protección, resguardos,), evitar los riesgos en soldadura… etc.
– Es imprescindible una correcta planificación de la prevención (Plan de Prevención), que asegure una actuación en prevención de los riesgos adecuado a cada empresa y tipo de trabajo, que incluya el correspondiente Plan de Salud (con las revisiones de las condiciones de trabajo y de salud de los trabajadores/as), actividades correspondientes del Comité de Seguridad y Salud, Delegados de Prevención, etc.
Siendo importante la correspondiente formación e información a los trabajadores sobre los riesgos, y disponer de los correspondientes Servicios de Prevención que incluyan actividades de Medicina del Trabajo y primeros auxilios, etc.
Las empresas más pequeñas, a pesar de disponer de menos medios, y de encontrarse con más problemas al respecto, pueden adecuar su propio programa preventivo en correlación con sus necesidades y posibilidades.
La enfermedad más famosa y que más problemas ha dado durante años en este sector es la Silicosis, de carácter irreversible, que se produce por la inhalación de partículas de sílice que emergen al realizar actividades como cortar, romper, aplastar, perforar, triturar o cuando se efectúa la limpieza abrasiva de materiales con sílice cristalina.
Los primeros síntomas pueden aparecer a los 15 o 20 años tras la exposición, incluyen dificulta para respirar, tos fuerte y debilidad. Según se endurece la enfermedad, puede aparecer fiebre, pérdida de peso, sudores nocturnos, dolores en el pecho e insuficiencia respiratoria.
Para prevenir la Silicosis es imprescindible controlar la exposición al polvo y reducir presencia en los lugares de trabajo, instalar controles técnicos y métodos de contención para evitar que se escape el polvo al aire. Además, evitar respirar el polvo para ello es necesario llevar mascarillas de respiración con suministro de aire, bañarse o lavarse, así como ponerse ropa limpia antes de salir de trabajar.
Es importante tomar medidas preventivas para evitar enfermedades profesionales en el sector del metal, ya que son enfermedades de carácter grave y en muchos casos mortales.