La inestabilidad laboral, la pérdida de empleos y los bajos ingresos percibidos, son temas que hoy preocupan a los argentinos. Esta intranquilidad, es probable, que terminen teniendo fuertes repercusiones en las urnas cuando los votantes tengan que plebiscitar el primer año del PRO en Octubre. Frente a esto, como venimos presentando en varias notas en este portal, el gobierno nacional optó por manipular distintas mediciones del INDEC de manera tal de poder mostrar mejores resultados en lo relacionado al mercado de trabajo.
A pesar de estos intentos fraudulentos la realidad concreta de los trabajadores argentinos sigue empeorando y en el comienzo de este año se continúan sufriendo las consecuencias del nuevo modelo económico que se instalo desde que Mauricio Macri arribo a la Casa Rosada. Sobre todo las consecuencias se sienten en el mercado de trabajo.
Al 31 de marzo de 2017 se contabilizan 253.967 despidos y suspensiones desde que asumió la presidencia Mauricio Macri a fines del 2015. Los despedidos ascienden a 212.004 y los suspendidos a 41.963 casos. Cuando se analiza hacia dentro de los mismos, se puede ver que los despidos del sector privado ascienden a 136.656 y las suspensiones suman 41.933.
En particular, el aumento en el mes de marzo fue de 4.824 casos, una cantidad superior a la del mes anterior. El 95% de los casos (4.569) corresponden al sector privado y sólo el 5% (255 casos) al sector público. Esto significó que la participación del sector privado en términos de despidos y suspensiones sobre el total de los mismos haya tenido un avance de 0,47 puntos porcentuales en el mes de marzo.
Al interior del sector privado se evidencia, nuevamente, un incremento del sector industrial sobre el total de despidos y suspensiones. En este sector se contabilizaron 2.754 despidos y suspensiones adicionales en marzo, llegando a representar un 60% del total del mes. Si bien la industria se vio aquejada desde el inicio del proceso de expulsión de trabajadores en el mercado de trabajo, es desde septiembre último que se ve particularmente afectada. En los últimos seis meses, a diferencia del sector público, el sector primario, la construcción y los servicios, la industria continuó con cesantías. Fueron 32.793 trabajadores despedidos o suspensiones en los últimos 6 meses en relación a 45.887 despidos y suspensiones totales para el periodo mencionado (el 71,46% en promedio).
Los datos desagregados para el mes de marzo se pueden apreciar en la tabla N° 2. En la misma se puede observar que la producción primaria se existieron 50 despidos en la Minera Sierra Grande (MCC), a los que se suman 30 despidos vinculados a Moño Azul, en Río Negro.
En la industria, en lo referido al sector petróleo, hubo 520 despidos vinculados a Amarilla Gas, SP, Tecpetrol, Tuboscope Vetco de Argentina SA e YPF.
El sector de industria aeronáutica de estimaron 410 despidos, en FAdeA.
En lo referido a electrónica y electrodomésticos se computaron 380 despidos, de Brighstart, Iatec y Visteon, todos en la provincia de Tierra del Fuego.
El caso de la Industria Láctea, la crisis del sector tuvo impacto en 300 suspensiones en Cotapa, en Entre Ríos y un despido en El Formtín.
En lo referido al sector alimentos y bebidas, hubo despidos en Coca Cola, Felfort, Magnasco y en Olivi Hermanos, este último caso por cierre, a los que se adicionan 100 suspensiones en La Campagnola, en Mendoza. Asimismo, la empresa Deltacar, en Pilar, suma 40 despidos y 160 suspensiones en el sector Frigorífico.
En el sector textil, se produjeron 197 despidos de empresas como Unisol-Puma (Sanagasta, Chilecito, La Rioja), Enod y Tejedurías Naiberger. La empresa Ingredion, en Baradero, sufrió 186 despidos, en el sector agroindustria.
En el sector autopartista, se produjeron 120 despidos en Acoplados del Oeste (exPetinari), por el desalojo de la empresa recuperada. Cerámica San Lorenzo sumo 106 despidos por cierre de la planta en San Juan, en lo referido al sector de materiales para la construcción. El sector metalúrgico sufrió 90 despidos, en Mendoza.
En el sector madera y muebles, hubo 30 despidos, 28 de ellos vinculados al cierre de una fábrica de muebles en Fuentes (Santa Fe), sumados a otros dos casos de Indunor, en Chaco. Finalmente, en el sector químico, Unipar Carbocloro despidió 3 personas.
En Servicios, el sector call center tuvo un mes complicado, que se reflejó en 1.090 casos, motorizados entre otros por Task Solution en Córdoba, por servicios realizados para Telecom. Adicionalmente, los 300 casos de American Express, relacionados con el rubro financiero, han sido también de gran significación. El sector comercio sufrió 133 despidos, en empresas como Rizzi Distribuciones, Easy, Hipermercado Libertad, Pizzería Mi Tío y Vesta, estos dos últimos, por cierre. Los 72 despidos del sector recolección de basura están relacionados con Ashira y Esur. Monza y Línea Oeste despidieron entre ambos 40 trabajadores, del sector de transporte. En educación, el Instituto Provolo despidió 30 personas en Mendoza. El Casino de Mendoza (San Carlos) despidió la misma cantidad en el rubro de los juegos de azar. Finalmente, en seguridad se observan 22 despidos en Tierra del Fuego y 18 despidos en medios de comunicación, en casos como radio El Valle, La Nación, LV12, LV8 Radio Libertador, Staicos y TKM.
Desde principios de marzo a la fecha, la conflictividad ha ido incrementándose, como consecuencia de esta situación en el mercado de trabajo. En relación a estos reclamos, resulta imprescindible destacar que el eje del abordaje planteado por el Gobierno Nacional es la profundización de la estrategia «ejemplificadora» que se está aplicando sobre los docentes. La finalidad de tales acciones está dirigida a contener los aumentos salariales y consolidar la pérdida de poder adquisitivo de 2016.
Esta estrategia busca convertir a la paritaria docente en la paritaria «testigo» de hasta donde se van a tolerar la acción de los gremios. El objetivo del macrismo es entonces lograr condicionar futuros reclamos que puedan surgir por parte de otros sectores del movimiento obrero frente a la situación que se describe en esta nota. Todos estos nuevos despidos se convierten entonces en potenciales conflictos; la dirigencia sindical tendrá el desafío de proteger sus afiliados, pero a su vez la dirigencia política tendrá que en octubre construir una alternativa a este modelo que pueda imponerse en las urnas.