Con más de dos décadas de existencia, el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es la iniciativa de integración regional más abarcadora que se haya implementado en Latinoamérica.
Los miembros del MERCOSUR (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, países fundadores, que completó su proceso de adhesión a mediados de 2012) abarcan, aproximadamente, el 72% del territorio de Sudamérica (12,8 millones de km², equivalentes a tres veces el área de la Unión
Europea);
70% de la población sudamericana (275 millones de habitantes) y 77% del PIB de Sudamérica en 2012 (U$S 3,18 billones de un total de U$S 4,13 billones, según datos del Banco Mundial).
En diciembre de 2012, con la firma del Protocolo de Adhesión del Estado Plurinacional de Bolivia al MERCOSUR, se inició el proceso de adhesión de dicho país también como Estado Parte.
Además de los países miembros, son Estados Asociados del MERCOSUR Chile, Perú, Colombia y Ecuador, además de Guayana y Surinam, que adquirieron dicho estatus en julio de 2013. Todos los países de América del Sur están vinculados al MERCOSUR, ya sea como Estados Partes o como Asociados.
Si se lo toma en su conjunto, el MERCOSUR sería la quinta economía del mundo, con un PIB de U$S 3,32 billones. El MERCOSUR es el principal receptor de inversión extranjera directa (IED). El bloque recibió 47,6% de todo el flujo de IED destinado a Sudamérica, Centroamérica y México (datos de la UNCTAD). El bloque constituye un espacio de privilegio para las inversiones, por medio de la compra, el control accionario y la asociación de empresas de los Estados Partes. La ampliación de la agenda económica de integración, en la última década, ha contribuido al aumento significativo de las inversiones directas de los Estados Partes destinadas a los demás socios del bloque.
El MERCOSUR se fundó en 1991, por medio del Tratado de Asunción. Celebrado en 1994, el Protocolo de Ouro Preto es otro acuerdo fundamental para el bloque, ya que define la estructura institucional del MERCOSUR, estableciendo las atribuciones y el sistema de toma de decisiones de sus organismos principales. A través del Protocolo de Ouro Preto se atribuyó personalidad jurídica internacional al MERCOSUR.
El bloque puede caracterizarse como una unión aduanera en etapa de consolidación, con matices de mercado común, con la eliminación de las trabas a la circulación de los factores de producción, así como por la adopción de una política arancelaria común relativa a terceros países, por medio de un Arancel Externo Común (AEC).
En poco más de veinte años, el MERCOSUR ha probado ser un gran éxito en términos económico-comerciales. El comercio intrabloque se ha multiplicado más de diez veces, saltando de U$S 5.100 millones (1991) a U$S 58.200 millones (2012). En ese mismo período, el comercio mundial creció apenas cinco veces. El comercio de Brasil con el MERCOSUR se multiplicó casi por diez – al paso que, con el resto del mundo, el aumento fue de ocho veces. El comercio intrabloque corresponde a cerca de 15 % del total global
del MERCOSUR y se redujeron casi totalmente los aranceles para el comercio entre los países del bloque.
A primera vista, puede parecer que la iniciativa posee objetivos “comercialistas”, pero el MERCOSUR es mucho más que eso. Desde su origen, el MERCOSUR se basa en un proyecto político y estratégico de integración en el cual el aspecto comercial se suma a otras vertientes de igual o mayor importancia.
La semilla del MERCOSUR está en el proceso de acercamiento entre Brasil y Argentina iniciado en la década de 1980 y reforzado con la redemocratización en ambos países. Desde su génesis, el bloque estuvo marcado por el simbolismo de naciones que se unen alrededor de principios y objetivos como la democracia y el desarrollo económico – elementos que han caracterizado al bloque con el pasar del tiempo. Actualmente, están consolidados en el MERCOSUR la cláusula democrática y el entendimiento de que el desarrollo económico debe ir acompañado de una mejoría en las condiciones de vida de los pueblos.
El tratamiento de las asimetrías entre los países recibe especial atención. El establecimiento del Fondo de Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM) buscó, en 2005, el financiamiento de programas para mejorar la infraestructura de la región, desarrollar la competitividad, la cohesión social y el fortalecimiento institucional del proceso de integración regional. En funciones desde 2007, el FOCEM cuenta con una cartera de más de cuarenta proyectos, con un valor total de cerca de U$S 1.400 millones –de los cuales cerca de U$S 1.000 millones son costeados por recursos no reembolsables del FOCEM. El Fondo ha contribuido a iniciativas en áreas como la habitacional, transportes, incentivos a la microempresa, bioseguridad, capacitación tecnológica e infraestructura sanitaria – en especial en las economías menores del bloque – además de costear proyectos que benefician ciudades fronterizas, incluso en Brasil.
El MERCOSUR es fundamental para la actividad industrial de los Estados Partes. En 2012, el 92 % de las exportaciones brasileñas al MERCOSUR fueron bienes industrializados (manufacturados y semimanufacturados). Uno de los sectores que más se beneficia del MERCOSUR es el automotor, dado que el bloque permitió a Brasil y a Argentina integrar sus cadenas productivas de automóviles. Brasil y Argentina juntos son el tercer mercado global de automóviles (después de China y Estados Unidos). En 2013, el 47 % de la producción de automóviles argentinos se exportaron a Brasil. El mercado brasileño ha sido también el destino del 85 % de las exportaciones argentinas de vehículos el año pasado. Las exportaciones a la Argentina representaron, en 2013, el 16 % de la producción brasileña de automóviles y el 80% de las exportaciones de vehículos del Brasil.
CONCLUCION:
En resumen, el MERCOSUR no se limita a la dimensión económica y comercial. Cuenta con iniciativas comunes que abarcan desde la infraestructura hasta las telecomunicaciones; de la ciencia y tecnología a la educación; de la agricultura familiar al medio ambiente; de la cooperación fronteriza a la lucha contra los ilícitos transnacionales; de las políticas de género a la promoción integral de los derechos humanos. Eso es lo que convierte al MERCOSUR en uno de los proyectos de integración más amplios del mundo.
Existe en el MERCOSUR la preocupación de hacer de la integración un proyecto común de desarrollo socioeconómico, que pretende tener un impacto directo sobre la vida de las personas. Brasil se empeña para que, en conjunto con sus diez vecinos, Sudamérica se involucre en un proceso de crecimiento económico, desarrollo social y democracia.