¿Cómo combatir los rumores dentro de las empresas?
¿A QUE LLAMAMOS RUMOR?
Uno de los problemas de comunicación mas comunes dentro de las empresas son los rumores. El rumor consiste en una explicación que no ha sido verificada, que circula de boca en boca y que se refiere a un objeto, un acontecimiento o un asunto de interés público.
Esta definición encierra varios elementos que merece la pena considerar:
– es una información que aporta novedades sobre alguna cuestión de actualidad.
– pretende ser aceptado como una explicación; su objetivo es convencer.
– corre de boca en boca. Pero, no toda noticia que circula de este modo es un rumor, sino sólo aquellas que surgen de un proceso de discusión colectiva, más o menos espontáneo.
Existen varios tipos de rumores:
-Rumor ilusion: son rumores positivos y sirven para fomentar la creatividad.
-Rumor malintencionado: son rumores negativos, se basan en especulaciones no confirmadas y tratan de condicionar el comportamiento de los demas.
-Rumor cizañero: son rumores agresivos y perjudiciales. Estos suelen dividir a los grupos y acabar con los sentimientos de lealtad.
Herramientas de conducta
Existen diferentes herramientas de conducta que pueden lograr una mejora en la comunicación:
-La gente: Conocer de manera individual a los compañeros que tenemos a nuestro alrededor. Es necesario dedicarles tiempo, escucharles para descubrir qué tipo de comunicación les beneficia y les motiva. Es negativo dejarse llevar por la típica etiqueta que cualquier persona lleva puesta.
– Relaciones: Es necesario que los empleados conozcan las vías de comunicación. Hay personas con mayores habilidades sociales que otras, por lo que pueden convertirse en instrumentos para fomentar una positiva comunicación.
Transparencia: Los empresarios deben recordar que ocultar información no es bueno para la compañía. Los comportamientos maquiavélicos son perjudiciales. Por lo tanto, lo mejor es compartir siempre la máxima información posible. Si desde la dirección no se motivan las decisiones, serán los trabajadores quienes lo hagan.
Tener valor: Las noticias hay que darlas. Tanto si son buenas como si son malas. Las negativas se deben dar con la misma rapidez y claridad. No deben endulzarse o dar información equívoca para intentar minimizar los efectos de algo negativo, pero sí debe buscarse el tono más adecuado.
En el caso de que la problemática este agravada y los rumores estén esparcidos se deberán tomar las siguientes medidas:
Rapidez: Es necesario ser más rápido que los rumores. Una vez detectados, es preciso actuar con urgencia para evitar que sigan propagándose por los pasillos de la organización sembrando la discordia. Debe ofrecerse toda la información necesaria para anticiparse a la siguiente mutación.
Romper la cadena: Es lo primero en lo que debe centrarse a la atención. Si no, los esfuerzos para frenar el rumor serán infructuosos. Una de las maneras es actuar directamente sobre aquellas personas, que por su puesto, su influencia, su forma de ser, pueden romper las cadenas de transmisión de un infundio. Hay que detectar a las personas tóxicas y analizar los motivos que explican su actuación. Han de eliminarse sistemáticamente las principales fuentes de rumores, como la crítica, la especulación sobre las decisiones tomadas, las malas interpretaciones. Las personas deben estar concientizadas de que no es sano que contribuyan a la transmisión de información sin contrastar.