A medida que las sociedades de van desarrollando, van modificando diferentes aspectos que la caracterizan; tradiciones, costumbres, maneras de sociabilizar, de comunicarse. También los individuos y el mercado laboral, van cambiando, adoptan nuevas formas y lo que antes nos parecía normal dentro de una organización cambia de estructura y va adaptándose a las nuevas necesidades de la sociedad moderna. El enfoque de las organizaciones laborales y el lugar que ocupan las personas en dichas organizaciones desde sus inicios hasta la actualidad también se ha ido modificando. El ser humano solía ser parte de la maquina, cuando el enfoque era mecanicista, se veía al hombre como un instrumento dentro de la estructura del trabajo, que estaba para cumplir un objetivo y un horario, sin considerarlo como lo que realmente es, un ser humano. Observando estas características podríamos decir que el trabajo era un mal necesario, y se hablaba de la vida laboral y de la vida extra- laboral como dos vidas separadas en un individuo. Ahora la situación es bastante diferente, con el correr de los años las organizaciones se dieron cuenta que esos métodos no generaban en los trabajadores y en sus industrias los mejores resultados. Cuando el enfoque comienza a ser más humanista, deja de tomarlo como parte de la maquina y comienza a considerarlo como un ser humano, como un hombre social, se le da participación en la toma de decisiones y comienza a valorarlo más como un trabajador responsable, que puede ayudar, aprender y crecer dentro de una organización. Se fueron perdiendo algunas estructuras en cuanto a cumplir horarios, y al espacio de trabajo. Un ejemplo claro de la transformación de las organizaciones laborales es el siguiente extracto de un artículo publicado por el diario Clarín este año; que nos cuenta cómo las personas ya no hacen una separación entre la vida laboral y extra-laboral, sino que el trabajo se vuelve una parte importante de la vida pero también las personas tienen nuevas prioridades. También como las organizaciones van cambiando para adaptarse a las necesidades de los trabajadores a fin de conseguir buenos resultados no solo para la empresa si no para los individuos que trabajan en ella. El trabajo por objetivos y no por cargas horarias, la posibilidad de que el empleado elija sus horarios de trabajo con la promesa de mejores resultados, sobre todo en áreas creativas, la adaptación de la organización laboral a los individuos con el fin de evitar la rotación del personal. Todos estos nuevos métodos que forman parte de la cultura actual del trabajo que se diferencian a la cultura primaria de las organizaciones laborales.
El tiempo libre paga más que las horas extras y trabajar hasta tarde ya no garantiza el éxito
Lo afirman expertos en recursos humanos. Ya hay empresas que plantean el trabajo por objetivos y no por cargas horarias. La tendencia es bajar la cantidad de días laborales por semana.
Facundo Pedemonte llevó su notebook, una botella de agua y unas galletitas de arroz a la mesa que ocupa en un espacio de trabajo compartido en San Telmo. La empresa para la que trabaja le paga 65 pesos por hora al local de co-working para que él improvise allí el escritorio que necesita: es ingeniero biomédico y desarrolla prótesis de músculo esquelético que se imprimirán en 3D para tratamientos médicos. En la mochila que trajo desde su casa tiene muestras de titanio. “Trabajo por objetivos y no por horario. Hace ocho años estoy en la misma firma: al principio pasaba nueve horas en una oficina, jornada completa, pero fuimos cambiando la cultura porque no tenía sentido estar hasta última hora en un lugar sólo para cumplir, sino lograr resultados; si me organizo, a veces puedo lograr un día libre durante la semana y lograr tener tiempo libre es una de mis prioridades”
Un estudio que llevó a cabo en Estados Unidos la Society for Human Resource Management mostró que el 43 por ciento de las empresas ya están ofreciendo a algunos de sus empleados trabajar cuatro días a la semana con mayor carga horaria(…)
Antes hablábamos de la vida laboral y la extra-laboral, en cambio ahora el trabajo es parte de la vida, pero no es una única prioridad. Estamos en medio de un cambio de paradigma, que tiene que ver con que las generaciones más grandes aspiraban a estar en una misma empresa toda la vida, y para eso se sacrificaban dejando muchas horas allí, y ahora los jóvenes trabajan en empresas que no saben si existirán en cinco años.
… los más jóvenes priorizaban horarios de trabajo flexibles por sobre los bonos anuales que pudieran ofrecer las empresas.
El biólogo y divulgador científico Diego Golombek afirma: “Si sos en extremo matutino o en extremo vespertino, es deseable que puedas elegir los horarios de tus actividades, tanto físicas como intelectuales. Una flexibilización de los horarios laborales podría tener como ventaja que la gente eligiera los horarios en los que rinde mejor; podrían ser más eficientes y a la vez sentirse mejor”.
“La empresa para la que trabajo decidió personalizar los horarios porque se iba mucha gente que quería hacer posgrados y masters y no lograba que eso coincidiera con el horario de oficina”, describe. Allí, como en muchas empresas, son cada vez menos los trabajadores dispuestos a quedarse más tiempo del necesario en detrimento de su desarrollo personal.