En la actualidad, cada vez son más las familias y empresas que optan por encargarse ellos mismos de la realización y organización de eventos sin tener en cuenta que esto conlleva un gran esfuerzo y este es aún mayor para quienes no están preparados.
La creencia de que los costos de hacerlo serán menores a los de contratar un servicio especializado sumado a la situación sociocultural y económica del país, nos lleva la decisión de autogestión de nuestros propios eventos. Si bien el costo puede resultar menor en algún punto, estaríamos resignando calidad sobre costo y esto a largo plazo suele resultar más costoso.
Muchas veces lo que ocurre en los eventos que no salen según nuestras expectativas, no es la falta de calidad en los productos ni en las instalaciones ni tampoco en los servicios, lo que lleva a que un evento fracase es la falta de planificación y esto es lo que no se tiene en cuenta a la hora de organizarlo. Así, desde la simple tarea de encontrar un espacio acorde al evento hasta la gestión del catering y servicios gastronómicos pueden transformarse en un verdadero dolor de cabeza.
Es por ello que al momento realizar alguna celebración, reunión o agasajos, sea profesional o personal, es necesaria la intervención de alguien capacitado y preparado para afrontar cualquier tipo de improvisto en la ejecución del mismo ya que sin esto el evento puede resultar en un fracaso absoluto.