En nuestro país existe una ley promulgada desde el 2002 que garantiza y exige la accesibilidad al ocio para las personas de capacidades diferentes,sin embargo este sector de la población se encuentra con diversas dificultades no solo a la hora del ocio sino también en el día a día.
Vivimos en una época donde la palabra integración es muy utilizada en gran variedad de discursos,desde los mas formales como puede ser un discurso político hasta en el lenguaje escolar y coloquial.Pero la realidad cotidiana de las personas con capacidades diferentes muestra que nuestro país no cuenta no cuenta con una adecuada infraestructura para darles igualdad,lo mismo pasa con el sistema turístico. La Ley 25.643 asegura en sus artículos que tanto los prestadores privados como públicos deben tener instalaciones y personal capacitados para la total integración de este sector de la sociedad.Sin embargo cuando les preguntamos a ellos personalmente, vemos un panorama que dista bastante de lo que dicta la ley.María se quedó sin poder hacer trekking porque el lugar no contaba con guías instruidos ni un sendero para no videntes,Oscar quería hospedarse en un hotel 5 estrellas pero descubrió que no contaban con baños para gente en silla de ruedas y Raquel pudo entender a medias una visita guiada au n museo porque el grupo era muy numeroso y no le permitía oir bien al guía.
Los ejemplos que dimos son solo los mas evidentes de una larga lista,pero si nos detenemos a pensar en lo que supone la integración total de las personas de esta sociedad también deberíamos incluir a gente de la tercera edad, niños, personas pequeñas, embarazadas o personas enyesadas.Visto desde esta perspectiva nuestro país necesita no solo una aplicación mas rigurosa de la ley sino también la conciencia de todos los ciudadanos en ser mas solidarios y en exigir que exista mas accesibilidad.La verdadera inclusión pasa principalmente por tener empatía y tener en cuenta las necesidades de todas las personas que integran la sociedad.
