BASES FUNDAMENTALES DENTRO DE LA ORGANIZACIÓN DEL RECURSO HUMANO.
El departamento de RECURSOS HUMANOS es el encargado de organizar y maximizar el desempeño del capital humano dentro de una empresa todo con el fin de aumentar su productividad y mejorar la calidad de trabajo de sus colaboradores, se concentra en conseguir que su capital humano desempeñe las obligaciones requeridas en la misma sintonía que la empresa, creando así un buen clima laboral y logrando que los objetivos personales de los trabajadores vayan por el mismo rumbo que la empresa (lo que se llamaría “ponerse la camiseta”).
El objetivo de cualquier área de Recursos Humanos consta de armar una planilla o plantel de empleados eficientes que se desempeñen en un buen clima laboral y donde cada trabajador pueda exprimir al máximo sus cualidades. Para que esto se logre también es necesario y preciso apostar a la formación, asensos por méritos y una escala de salarios que permita obtener una retribución apropiada.
La ética es definida como el conjunto de normas morales que rigen la conducta humana y desde el enfoque empresarial si está alineada a la filosofía de principios, valores, visión y misión sirve de fundamento para crear códigos y normas donde la función que cumple será guiar el comportamiento de los empleados en su trabajo diario. La implementación de esta estrategia de trabajo en la gestión de RRHH, a nivel de organización como a nivel personal, implica que los deberes éticos como profesionales deben ser propios al liderazgo transformador, de mantener un equilibrio dentro del clima organizacional, a la habilidad de escuchar y saber comunicarse de manera oportuna con el personal, a la capacidad de direccionar las estrategias gerencias y desarrollar un alto espíritu de compromiso y lealtad con la organización entre sus colaboradores, conservando los principios y comportamientos apropiados ante la profunda complejidad de situaciones.
Entonces es imprescindible que el sector de RRHH se encargue de crear lo que se llama una cultura laboral, una serie de valores que serán transmitidos desde el dueño de la organización hasta la rama inferior de esta, solo así se va a lograr que todo el capital humano dentro de la empresa “tire” para un mismo lado y a consecuencia de esto, el aumento de la productividad y la eficiencia de cada empleado “empleado feliz, empleado eficiente”.
Esta cultura laboral debe estar basada primordialmente en darle lugar al empleado como parte importante de la empresa, no tratarlo como una simple herramienta, sino como un ser imprescindible, ser filtro de las acciones que pueda perjudicar a la compañía y brindar premios a las que la ayuden a crecer, esto generalmente no se le impone al empleado como forma de vida laboral, pero este va a tener que elegir sabiendo que en su actuar va a estar la consecuencia beneficiosa o perjudicial para su empleo. El empleado sabe por ejemplo, que si llega tarde se gana una sanción, así como sabe que si cumple a rajatabla el horario recibe un mérito por eso, muchas veces monetario, y este merito no está impuesto por la buena predisposición del jefe de la compañía, si no, para fomentar su buen comportamiento y desempeño, en este caso de cumplimiento de horario en el establecimiento, así como también un buen trato y pronta resolución de inquietudes que pueda tener el trabajador, así como también la pronta resolución de problemas internos que se causen en el lugar de trabajo.
Savater en uno de sus textos explica que debemos saber qué es lo que las demás personas quieren, para saber dárselo y recibir un poco de esa cosa que dimos.
Es decir, hacer a alguien feliz nos puede hacer felices a nosotros también, ya que vamos a recibir de ese alguien algo bueno para nosotros, tratar mal o realizar acciones que perjudiquen a otros, seguramente provoque que ellos actúen de la misma forma, a la larga e indirectamente nuestras propias acciones nos estarían perjudicando.
Es por ello que promover un buen clima y cultura laboral dentro de una empresa, va a acarrear una buena productividad y una inevitable eficiencia dentro de los trabajadores, ya que “casi” ningún trabajador se le ocurriría perjudicar intencionalmente un clima de trabajo que le resulte beneficioso.