Uno no nace con la capacidad de saber hacer cualquier cosa, por eso mismo es fundamental aprender y conocer lo que no lo sabe. En clases aprendimos a ver qué es un conflicto, de qué manera lo podemos resolver, saber cómo hacer un negocio, cómo identificar nuestras virtudes y defectos, saber observar y escuchar del otro. Demostrar los puntos positivos y no los negativos. Ejercer como profesional. Negociar de la manera más hábil siempre respetando a las reglas del juego. Ser creativo, responsable y organizativo con los asuntos y/o personas llegando a un logro. Es importante reconocer los errores y tratar de corregirlos. Mejorar como persona y profesional en todos los aspectos. No aflojarse nunca y estar dispuesto permanente frente a cualquier situación. A veces es necesario utilizar las herramientas que tenemos para sacar provechos en una negociación. Es esencial saber hablar o callar en el momento adecuado, analizar desde el punto de vista profesional lo que está bien y lo que está mal. Estar atentos a cualquier tipo de problemas.
En fin no sólo llegamos a un objetivo soñado, sino que también ayudamos a que el otro llega a la misma instancia y de evitar muchos inconvenientes.