Agrotóxicos, un falso dilema
Entre las tantas decisiones que afectan a las zonas agrarias de Entre Ríos, una noticia trae aires de esperanza.
El gobernador de esta provincia había establecido, sin discusión legislativa, un decreto polémico por el cual permitía fumigar con agrotóxicos hasta una distancia de 100 metros de las escuelas rurales. La población que ya estaba movilizada por los efectos de los agrotóxicos, presentó un recurso de amparo por medio de organizaciones socioambientales y gremiales.
Finalmente, el Superior Tribunal de Justicia entrerriano confirmó el rechazo a esta medida violatoria de la Constitución Provincial y Nacional y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Se reestableció el límite de 1.000 metros parar las fumigaciones terrestres con agrotóxicos y una restricción de 3.000 metros a las aéreas. Este fallo es ejemplar y constituye un antecedente importante para sentar principios básicos en materia de agroecología y derechos humanos.
Este rechazo al decreto enojó a las organizaciones agrarias, en un primer momento el Vice presidente de la Federación Agraria expresó que es mucho más fácil reubicar las escuelas que cambiar el modo de producción. Una desafortunada expresión cargada de prejuicios que niega los argumentos del fallo del supremo tribunal provincial.
Posteriormente los ruralistas expresaron que este fallo les imposibilita la producción en más de 300 mil hectáreas y que constituye un golpe al corazón de los productores.
Estas palabras se han expresado en forma libre, voluntaria, y racional, aunque su racionalidad está orientada hacia intereses mezquinos y mal intencionados. No podemos considerarla un dilema, aquí no hay dos únicas opciones entre las que se debe elegir. Los productores están limitados a fumigar aplicando límites que protegen las escuelas rurales, no se impide la siembra. Existe una amplia variedad de modos en los que no se depende de agrotóxicos como la producción orgánica que respeta los procesos de ecosistemas y trabaja sin pesticidas. Muchas experiencias demuestran su viabilidad tanto para la producción en huertas como para la producción extensiva.
Aquí no hay un dilema, hay una falta de responsabilidad social empresarial por parte de los productores que utilizan un modelo de producción extensiva y no lo quieren abandonar sin considerar los efectos que tiene a largo plazo en el ambiente y la salud.