El formol, formaldehído o metanal es un compuesto químico altamente volátil y muy inflamable. Su fórmula es H2 C=O (un átomo de carbón unido a dos átomos de hidrógeno y unida a un átomo de oxígeno). Su descubridor fue el químico alemán August Wihelm von Hofmann, en 1867. Se le conoce también como metaldehído, óxido de metileno y oxometano.
El formaldehído es uno de los compuestos orgánicos básicos más utilizados por la industria química, dado su gran poder antiséptico, desinfectante y conservante. Es usado en un sinfín de productos: papel, madera contrachapada, abono, resinas, ciertos alimentos, antisépticos, medicamentos, diferentes productos de consumo del hogar como alfombras, telas, fibras de vidrio. Su uso más popular, no obstante, es para la conservación de cadáveres y de muestras biológicas.
El uso y manipulación de estos productos se ha prohibido en algunos países debido al alto riesgo para la salud de quienes trabajan con ellos habitualmente. El uso del formaldehído puede producir irritación en la piel, ojos, nariz y garganta. Si se ingiere en grandes cantidades puede causar dolor, vómitos, coma e incluso la muerte a partir de 30 ppm o miligramos por litro.
El formaldehído es un factor de riesgo laboral de tipo químico, ampliamente estudiado, cuyos efectos tóxicos dependen de su concentración (expresada en ppm) y del tiempo de exposición al mismo. Estudios epidemiológicos no han demostrado ninguna relación causa-efecto sobre los casos de cáncer estudiados, aunque sí indicios. En experimentos con animales se ha demostrado que produce cáncer en concentraciones continuadas superiores a 6 ppm en el aire respirado.
Sin embargo, para la OMS, estos indicios son suficientes para considerar cancerígeno al formaldehído. Según un estudio de 2004 para evaluar el riesgo carcinogenético para los humanos del formaldehído, la mortalidad por cáncer de cavum aumentaba de forma estadísticamente significativa en trabajadores de fábricas expuestos a formaldehído, y concluyeron que había suficientes evidencias para afirmar que el formaldehído causa este tipo de cáncer. También la mortalidad por leucemia se incrementaba en embalsamadores, trabajadores de funerarias, patólogos y anatomistas. El Grupo de Trabajo concluyó que hay una ?fuerte sospecha, pero no certeza clara para establecer una relación causal entre leucemia y exposición profesional al formaldehído?. También concluye que hay indicios limitados sobre el formaldehído como causa de cáncer nasosinusal.
La utilización del formaldehído como conservante en la formulación de diferentes productos cosméticos y capilares es normal. Se usa en champús, productos de higiene femenina íntima, cremas de baño, etc? Sin embargo, ha sido el uso del formol en tratamientos de queratina los que han producido una alarma generalizada en nuestro sector.
El uso del formaldehído es empleado en estos tratamientos para romper los puentes cistínicos, que son los que dan forma al cabello y su resultado es un alisado más permanente.
La alarma se produjo a raíz de varios casos de intoxicaciones (mayoritariamente en Sudámerica) por el uso del formol en alisados permanentes. La mala praxis, la manipulación errónea y la fabricación casera . Las autoridades competentes de varios países empezaron a tomar medidas prohibiendo su uso o reduciendo drásticamente la concentración de formaldehído permitida en sus composiciones. Pero la noticia corrió como la pólvora por Internet y otros medios, dando una imagen muy negativa del formol. A partir de ahí, empezó a relacionarse formol con cáncer, y las empresas fabricantes empezaron a eliminar este componente de sus productos por el temor al rechazo generalizado.
Como la toxicidad del formaldehído es consecuencia directa a su exposición, se recomienda al profesional el uso de mascarillas y una buena ventilación del local. El riesgo es mayor para el estilista porque, al planchar el pelo durante el tratamiento, el formaldehído se libera en forma de vapor, lo cual puede causar alergia en la piel, ojos y sistema respiratorio.