17 noviembre, 2024

Metales tóxicos o metales pesados altamente peligrosos.

Se denominan «metales pesados» o «metales tóxicos» a aquellos elementos químicos que poseen un peso atómico (podemos verlo en la tabla periódica) comprendido entre 63.55 (Cu) y 200.59 (Hg), y que presentan un peso específico superior a 4 (g/cm3).

Se incluyen principalmente metales de transición, algunos semimetales, lantánidos, y actínidos.

Su densidad es muy elevada y son contaminantes y pueden ser peligrosos para la salud humana y el medio ambiente. Están presentes en la nutrición humana, en el aire que se respira y en diversos aspectos vitales, representando una constante amenaza para la salud de nuestro organismo. Otro nombre con el que se designa a los metales pesados es “elementos tóxicos».

Cabe destacar que en esta categoría entran prácticamente todos los elementos metálicos de interés económico, por tanto, de interés minero.

Sin embargo hay una serie de elementos que en alguna de sus formas pueden representar un serio problema medioambiental y es común referirse a ellos con el término genérico de «metales pesados». En la actualidad, existen fuentes antropogénicas de metales pesados, por ejemplo la contaminación, que los ha introducido en los ecosistemas. Por ejemplo los combustibles derivados de la basura (no orgánica) generalmente aportan estos metales, así que se debe considerar los metales pesados cuando se utilizan los residuos como combustible.

 

Los metales pesados tóxicos más conocidos son el mercurio, el plomo, el cadmio y el arsénico, y en raras ocasiones, algún no metal como el selenio. A veces también se habla de contaminación por metales pesados incluyendo otros elementos tóxicos más ligeros, como el berilio o el aluminio.

Los organismos vivos requieren diferentes cantidades de metales pesados. Pequeñas cantidades de hierro, cobalto, cobre, manganeso, molibdeno, y zinc son requeridas por los humanos. Excesivas cantidades pueden dañar nuestro organismo. Otros metales pesados como mercurio, plutonio, y plomo son metales tóxicos que no tienen un efecto vital o beneficioso para el organismo, y su acumulación en el tiempo y en el cuerpo de los animales puede causar serias enfermedades, como por ejemplo saturnismo o envenenamiento por mercurio.

 

¿Cómo estamos expuestos a los metales pesados?

Con el desarrollo tecnológico, el consumo masivo y la enorme producción de desechos, la presencia de los metales pesados es increíblemente importante en el ambiente.

 

– el agua: debido a una descontaminación insuficiente del agua o a las tuberías de plomo, tal vez estemos ingiriendo a diario metales pesados a través del agua que bebemos, con la que nos duchamos, limpiamos o cocinamos.

 

– el aire: el aire que solemos respirar está contaminado por la industria, la combustión de los coches… Los metales pesados se acumulan en el aire en forma de partículas que respiramos o que se incorporan a nuestro organismo por la piel.

 

– los alimentos: en agricultura o ganadería se utilizan productos nocivos que transportan metales pesados, lo que contamina plantas, verduras, frutas, carnes e incluso pescados.

 

¿Cuáles son los riesgos?

Ya que estamos permanentemente expuestos a los metales pesados y tóxicos, el riesgo de padecer trastornos debidos a la concentración de estos elementos en el cuerpo es bastante alto. Te damos unos ejemplos.

 

– Plomo: anemia, esclerosis, fatiga y cáncer de riñón.

 

– Mercurio: autismo, depresión y problemas del aparato respiratorio.

 

– Cadmio: cáncer de próstata, bronquitis, infertilidad y enfermedades vasculares.

 

– Cobre: daño en el hígado, los riñones, anemia, irritaciones del intestino delgado e intestino grueso.

 

– Manganeso: daño en el páncreas, el hígado, el sistema nervioso central, asociado al Parkinson.

 

– Zinc: dolor de estómago e infección de las mucosas.

 

¿Cómo eliminar los metales pesados de nuestro organismo?

Los metales pesados no se pueden eliminar del todo del organismo. La mejor manera de protegerse de ellos es simplemente reducir la exposición. Por ejemplo, viviendo en el campo lejos de la contaminación urbana o consumiendo alimentos ecológicos u orgánicos. Sin embargo, ciertos alimentos pueden ayudar a reducir o eliminar algunos metales pesados:

 

– Cilantro: ayuda a eliminar mercurio o plomo.

 

– Brócoli: estimula el proceso natural depurativo de nuestro cuerpo y la eliminación de tóxicos.

 

– Alga Chlorella: tiene un potente efecto desintoxicante de los metales pesados y de más sustancias dañinas.

 

– Zeolita: elimina los metales pesados del organismo, limpiando la sangre, el estómago, los sistemas linfático y glandular.

 

Es importante consumir alimentos que ayudan a eliminar los metales pesados tóxicos y evitar situaciones de riesgo para preservar tu salud.

 

 

 

Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Metal_pesado

https://shawellnessclinic.com/es/shamagazine/que-son-los-metales-pesados-como-afectan-a-la-salud/

Metales tóxicos o metales pesados altamente peligrosos