18 noviembre, 2024

Desde su aparición en 1888, cuando el físico alemán Heinrich Rudolf Hertz, demostró la existencia de ondas electromagnéticas al construir un aparato que producía y detectaba ondas de radio. Sus logros condujeron a la invención del telégrafo y la radio inalámbrica.

Hasta la edad moderna donde se utilizan para entretener y/o dar información la radio ha sido un elemento de la comunicación muy importante y presente, pero hay un momento en la historia de esta donde realmente toma mucha importancia al punto de que cientos de vidas dependían de una buena comunicación entre en emisor y el receptor y estoy hablando de la 2º guerra mundial donde ambos bandos (el eje y los aliados), tenían sus propias transmisiones y canales de radio las cuales utilizaban para saber dónde estaban siendo atacados, donde está la posición del enemigo, donde realizar ataques de artillería o donde enviar refuerzos, etc.

En esta época un mal comunicado podía costar la perdida de territorio junto con la vida de cientos de combatientes, además de esto también debían preocuparse por filtraciones de información las cuales el enemigo utilizaría para sacar provecho, y aquí es donde también toma mucha importancia el uso de claves, cifrados y otras jergas que solo serían reconocidas dentro de dicho bando. Un claro ejemplo de esto es el famoso “CÓDIGO NAVAJO” el cual utilizaron los Estados Unidos para evadir a los descifradores del ejército japonés, este código consistía en claves y coordenadas dichas en navajo un idioma perteneciente a las tribus navajo.

Otro uso que se le daba a la radio era para misiones de espionaje. Los equipos de telecomunicaciones eran una herramienta fundamental para los espías que actuaban en territorio enemigo.  Debido a la naturaleza de las operaciones, los equipos debían ser compactos, fáciles de usar y hasta reparar, si fuera necesario, pues la operación encubierta dependía en sumo grado de la eficiencia de los equipos.  Si un equipo de comunicaciones resultaba dañado durante una operación, podía no solamente significar el fracaso de ella, sino generalmente la pérdida de la libertad o la vida del agente y en muchos casos, ponía en peligro la vida de otras operaciones que dependieran de la información que podría o debía enviar a su base.

Los equipos de comunicaciones, de acuerdo a la distancia donde debían operar los agentes, requerían de mayor potencia si la distancia era larga y eso significaba, mayor tamaño y mayor consumo de baterías.  Por otro lado, cuanto más distante la operación, por la naturaleza del comportamiento de las ondas de radio, más baja la frecuencia de operación y en consecuencia más larga la antena que debía ser utilizada.  Por ejemplo, para las comunicaciones entre tierra y un avión se usaban frecuencias muy elevadas y por tanto antenas muy cortas, pero para comunicarse desde el Medio Oriente con Europa se usaban ondas cortas y por tanto antenas más largas.

Como ven la forma de comunicarse debía adaptarse si se quería asegurar la victoria en una guerra que abarcaba todo el mundo y los altos mandos debían saber cuándo y dónde ocurría cierto suceso.

 

La propaganda.

La radio no solo fue importante para uso estratégico en el campo de batalla, sino que otro rol importante de esta fue el motivar a las tropas del bando que transmitía y desmoralizar a las fuerzas enemigas con bombardeos psicológicos. Y dar mantener en calma a las poblaciones y hacer que den su máximo rendimiento en producción de recursos o dar apoyo a su país, el cual en algunas ocasiones esto era mentira y años después se revelaría que muchos comunicados eran falsos.

“La radio ante todo fue un arma psicológica, no sólo por sus emisiones de información sino también por la intoxicación producida a sus adversarios; ese fue el papel de las radios negras que ocultaban su origen para intoxicar a la opinión de los países enemigos, los ingleses llegaron a ser maestros en la materia con Sefton Delmer, durante mucho tiempo periodista en Berlín, quien lanzaba una Radio-Secret, como si se tratara de emisiones clandestinas en la misma Alemania.”

Ya en sus primeros escritos antes de llegar al poder, Hitler escribía que la radio “es un arma terrible en manos de quienes sepan hacer uso de ellas”

Así cuando en 1933 alcanza la cancillería, una de sus primeras preocupaciones es hacerse con el dominio de las ondas.

Para ello pone al frente de su Ministerio en Educación Popular y Propaganda, al hábil Joseph Goebbels que utilizando todo tipo de recursos psicológicos hace de la radio un dócil instrumento de propaganda.

 

Datos curiosos

-En Alemania, con 16 millones de aparatos receptores en 1941, la radio es el principal instrumento que utiliza Goebbels para mantener el “frente interno” y para desarrollar la devoción a Hitler.

-Si en 1934 había unos 5. 000. 000 de aparatos de radio, con un número de oyentes estimado en 15 millones, tres por cada receptor de radio; en 1937 alcanza los 8. 167. 975 receptores, es decir, casi unos 25 millones de oyentes, el índice más alto de Europa por entonces, y en plena guerra, en 1943 se llega a los 16. 193. 208 aparatos, lo que significa una audiencia del 90 por ciento de la población alemana.

En ese mismo año, contando las emisoras de los países tomados, Goebbels dispone para la programación de sus consignas de 107 emisoras de onda larga y media, y de 23 de onda corta (para el exterior), con 279 emisoras de noticias y propaganda en 53 idiomas diferentes.

-Durante la Segunda Guerra Mundial, la radiodifusión había mostrado su superioridad ante la prensa escrita sometida más fácilmente a la censura, la radio ignoraba fronteras, tomó, como la guerra, dimensiones mundiales. De este modo penetró más profundamente en los continentes de Asia y de África que hasta entonces apenas habían sido tocados.

 

Conclusión

Como ven en el periodo de la segunda guerra mundial es donde el crecimiento de la radio como medio de comunicación es donde cobra importancia y donde empiezan a surgir distintas definiciones como la comunicación intragrupal, intergrupal, comunicación masiva, rumores etc.

Así como también tomada más enserio posterior a la guerra debido a su capacidad de abarcar a zonas que de otra forma se mantendrían aisladas de todos los sucesos.

Luego de la guerra la comunicación comienza a evolucionar hasta lo que conocemos hoy en día.