9 mayo, 2024

Desde hace tiempo, las personas que componen las empresas han tratado de encontrar la forma de operar y funcionar de una manera más eficiente en sus tareas diarias.Anteriormente, las organizaciones tenían como objetivo ser competitivas y así poder alcanzar beneficios, y se apoyaban en estrategias como la división del trabajo en niveles operativos y en la centralización de las decisiones en los niveles más altos de la organización.

Actualmente, ese concepto ha sido modificado, y todos los procesos antes mencionados se ven como “un todo”, los individuos actúan entre sí (dirigidos por gerentes) y los objetivos son producto de la planificación que ellos mismos llevan a cabo.

Como bien sabemos, las organizaciones están expuestas a un grado muy intenso de interrelación con el mundo que las rodea. Las influencias de esas conexiones afectan al comportamiento de las personas que las integran. En suma, impactan de manera directa y permanente sobre el comportamiento de la organización. Las vinculaciones son constantes y van en aumento, por lo tanto, aquellas organizaciones que deciden crecer y desarrollarse deben tener en cuenta que deben adaptar su cultura en forma conjunta a sus actividades operativas.

Todos estos aspectos nos hacen pensar en la cultura organizacional. Es un concepto sobre el cual no existe aún consenso en relación a su significado y definición. Lloyd Harris[1] y Emmanuel Ogbonna[2] hablan de dos tendencias de definición; por una parte “aquellos estudios que definen la cultura en términos de su utilidad como una variable organizacional o el propósito Que sirve en ayudar a los miembros organizacionales a dar sentido a su mundo social y a enfrentar los problemas de adaptación” y por otra parte “están aquellos estudios que describen la cultura primordialmente en termino de su mérito como una herramienta de investigación social”.

[1] Lloyd C. Harris es profesor de marketing y Director del Departamento de Marketing de la Birmingham Business School de la Universidad de Birmingham.

[2] Emmanuel Ogbonna es profesor de Gestión y Comportamiento Organizacional de la Universidad de Cardiff, Reino Unido.

Actualmente, me encuentro trabajando en una empresa metalúrgica, realizando tareas administrativas. Al realizar este informe, pude comprender un poquito más algunos temas referidos al rendimiento del personal. Como bien pudimos ver a lo largo del informe, el estudio del comportamiento organizacional lleva consigo distintos objetivos, cómo el hecho de tratar de entender porque las personas se comportan de la manera en que lo hacen, y, en lo posible, predecir y controlar dichas conductas.

A veces, noto que algunos compañeros se encuentran desconformes con algunas disposiciones de la empresa, o con alguna actitud de los superiores, y eso trae aparejado que el clima organizacional es muy importante para tener un buen rendimiento organizacional. Y el estudio de este panorama nos ayuda a comprender en que cosas debemos mejorar, para que nuestras metas puedan ser alcanzadas, y para seguir renovándonos constantemente.

Entre los retos y oportunidades que analizamos de esta escuela, los aspectos que más me llamaron la atención, y que pueden ser aplicados en mi trabajo son:

  • El mejoramiento de la productividad y la calidad. Si bien, nuestros trabajos son bastantes repetitivos, es importante que mantengamos siempre una buena calidad en los trabajos. De esa forma, nos ahorramos que los trabajos regresen, o sea, que realicemos los trabajos, por ejemplo, nuevamente o que regresen a la empresa para realizarle algún retoque, por ejemplo.
  • Facultar al personal. Es importante que los empleados estén capacitados correctamente para poder realizar sus tareas. En mi caso, es importante saber, por ejemplo, para qué se realiza cada actividad en la administración, por ejemplo, para que utilizar una factura, un recibo, una orden de compra, la importancia de tratar con respeto y educación a los clientes, entre otras cosas. Y en el caso de los operarios, por ejemplo, cada una de las máquinas tiene una forma de usarse y por esa misma razón, sería bueno capacitar al personal cada vez más, para poder disfrutar de eficiencia a la hora de realizar los trabajos solicitados.
  • El estímulo en innovación y cambios. Donde se nos destacaba la importancia de innovar diariamente en nuestras empresas, y nuestro aporte puede ser muy significativo en este aspecto, ya sea, desde una nueva idea o reforma en nuestros tratos con los demás, hasta en una innovación de productos nuevos para el mercado.

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