24 noviembre, 2024

El gasto público argentino es uno de los más rígidos de la región. Dicho de otro modo, a la hora de reducir el déficit fiscal, el país lo tiene más difícil que otras naciones latinoamericanas, según un índice que desarrolló la calificadora Moodys.

La Argentina está dentro del grupo en los que la estructura del gasto es relativamente inflexible; en el extremo están Brasil, luego Costa Rica y Colombia. La estructura es poco flexible y al momento de hacer ajustes, se complica la tarea, resumió el analista de Moodys Mauro Leoz.

El análisis divide al gasto total en cuatro grandes rubros: operativos (divido a su vez en salarios y otros gastos), transferencias (jubilaciones y subsidios, pero también transferencias a provincias), de capital (dividido en inversión y otros gastos de capital) e intereses. El índice mide qué proporción del gasto es flexible y qué proporción es rígida y lo compara con la región. El reporte considera, por ejemplo, que el pago de intereses tiene posibilidad nula de ajuste desde la perspectiva del crédito, mientras que los gastos de capital son los que el Gobierno puede recortar con más facilidad; en el medio aunque más cerca de la inflexibilidad están los gastos operativos y las transferencias. Los gastos flexibles, apunta Moodys, facilitan la solidez fiscal, mientras que la inflexibilidad resulta una traba para las reformas.

Con un 85% del gasto rígido, la Argentina tiene 53 puntos en el índice de flexibilidad, por encima de Colombia (50), Costa Rica (43) y Brasil (que con 93% del gasto rígido tiene sólo 24 puntos en el índice). En el otro extremo, el gasto mandatorio es apenas 49% en Ecuador (176 puntos en el índice) y 53% en Perú (161 puntos). El índice de flexibilidad del gasto argentino es menos de la mitad de la media de la región.

En cuanto a la composición del gasto, la Argentina es uno de los países en los que los gastos operativos (sueldos y otros) es más bajo: representan sólo 21% del total, la mitad del promedio de la región. Como contracara, las transferencias representan 62%, el mayor nivel de Latinoamérica y más del doble que el promedio regional (26%).

El reporte de Moodys también analiza la evolución del gasto en los últimos siete años. Y señala: El crecimiento en las transferencias en la Argentina es el mayor incremento en un tipo de gasto determinado en los últimos siete años en América Latina: de un 12,6% del PIB en 2010, pasaron a representar el 17,1% el año pasado.

En toda la región, entre 2010 y 2016 el gasto total del Gobierno se redujo en sólo tres países (Guatemala, Panamá y El Salvador), mientras que subió en los otros trece analizados. El récord en el incremento del gasto con respecto al Producto Interno Bruto (PIB) es para la Argentina, que aumentó sus gastos en más de cinco puntos del PBI, seguido por Paraguay (+4%).

Conclusión

Podemos observar que argentina es uno de los países de la región con mas “limitaciones” para consolidar sus finanzas publicas, es decir, reducir el déficit fiscal.

Desde mi punto de vista creo que el gobierno debe combinar medidas de fondo como el cumplimiento de la ley de responsabilidad fiscal vigente desde 2005, que obliga a que el gasto no suba por encima del PBI, o un congelamiento de mediano plazo del gasto, como en Brasil  con la utilización de un bisturí para revisar párrafo por párrafo el presupuesto, de modo de lograr una mayor eficiencia.

Es sensible el tema ya que no se puede dejar de lado aspectos sociales pero el rojo presupuestario, que viene por exceso de gasto publico, debe ser controlado.

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