27 diciembre, 2024

Estados Unidos ha sido el principal impulsor de la globalización de la economía mundial. Reafirmó el neoliberalismo como el pensamiento único. En EE.UU. combinó el libre comercio con proteccionismo en importantes sectores. Exigió a los otros países libertad para las exportaciones de mercancías y de capitales estadounidenses. El gobierno estadounidense puso como ejemplo a seguir en el mundo a Chile y a México, países que aplicaron en forma extrema y prolongada el neoliberalismo.

La globalización, el neoliberalismo y sus propuestas, significó un aumento de la explotación de los trabajadores en el mundo, privatizaciones y desnacionalizaciones de empresas, apropiación de los recursos naturales, agudización de los problemas sociales, etcétera. En los países sin estrategias de desarrollo, como en América Latina, se destruyó el capitalismo anterior y se organizó un capitalismo desde afuera, profundizando la explotación de recursos naturales e incrementando en grado extremo la dependencia.

En los últimos años, las críticas a la globalización y al neoliberalismo se incrementaron. Estados Unidos que implantó la globalización y fue el principal beneficiario, ahora, a través de Trump, rechaza importantes aspectos de la globalización. Exige e impondrá a otros países amplia libertad para las  exportaciones y para las transnacionales estadounidenses, en los tratados ya firmados y en los nuevos que implementará bilateralmente, bajo la síntesis “primero los intereses estadounidenses”.

La economía de Estados Unidos con sus empresas trasnacionales fue ampliamente favorecida por la globalización de la economía mundial. La contrapartida ha sido la profundización de los problemas económicos, sociales, medioambientales y migratorios a nivel mundial, los que también se manifiestan en la sociedad estadounidense.

Con la globalización Estados Unidos, en los 90’s,  logró la hegemonía que en los 80’s había compartido con Japón y Europa y la reestructuración y dinámica económica en los sectores de alta tecnología –computación, informática, robótica, inteligencia artificial– e incluso, en la industria automotriz. Esta última, pasó de grandes pérdidas, previa a la crisis de 2008,  a grandes ganancias en los últimos años.

A partir de inicios del siglo XXI, el potente crecimiento de China alcanzó un papel importante en el funcionamiento de la economía mundial. Desde hace unos años, es la primera potencia económica mundial a nivel de la producción, de las exportaciones y de las reservas internacionales. Sin embargo, Estados Unidos mantiene la hegemonía mundial, si se tiene presente la potencia económica, militar, científica, política, unida al predominio ideológico y cultural.

Hacer nuevamente grande a los Estados Unidos en el mundo

Este planteamiento central de Trump sintetizado en un nacionalismo, con más proteccionismo y más libertad para sus exportaciones de bienes y de capitales, desconoce, desde el punto de vista histórico y teórico, la existencia objetiva de una Economía Mundial que es más evidente aún después de décadas de globalización. La economía mundial es una totalidad mayor a la mera suma de las economías nacionales de la que destacamos  cinco características.

  1. La creación de una estructura productiva mundial relativamente sólida por sobre las economías nacionales.
  2. La generación de un mercado mundial, exportación e importación de bienes y servicios, por sobre los países. En términos de cantidades físicas con cierta estabilidad, e inestabilidades en términos de valor, por precios abruptamente cambiantes.
  3. La estructura mundial actual de producción y de circulación mundial de mercancías por sobre las economías nacionales, está comandada por las grandes empresas transnacionales, siendo las empresas estadounidenses las más importantes en la economía mundial. Ellas, podrían oponerse o limitar  las propuestas de Trump.
  4. La globalización ha profundizado a nivel de las economías nacionales el proceso de desproporcionalidad de los diferentes sectores económicos. Desproporcionalidad que sólo puede ser resuelta en la economía mundial si ella funciona con cierta regularidad.

Esta desproporcionalidad es muy profunda para los países atrasados del capitalismo que, como en América Latina, han profundizado la especialización en productos primarios, y, particularmente México, que combina especialización en primarios y en industria automotriz para exportar a Estados Unidos.

La dinámica de la economía mundial es muy frágil e inestable. Será afectada según el grado en que se implemente el proteccionismo y el nacionalismo de Trump, el impacto del Brexit, los posibles triunfos de nacionalismos en Europa y las respuestas de otros países, en particular, de México y de China.

La profunda crisis iniciada en 2008 no ha sido superada. El Informe del FMI de abril de 2016 afirma: “… existe una amplia dispersión de posibles desenlaces en torno a las proyecciones, dada la incertidumbre que rodea a la orientación de las políticas del gobierno estadounidense entrante y sus ramificaciones internacionales”.

Por nuestra parte, hemos caracterizado la crisis de la economía mundial actual, “en estado de reposo con convulsiones periódicas”.

En el corto y mediano plazo la crisis podría profundizarse en la economía mundial acompañada en los primeros años de cierto dinamismo de la economía estadounidense. La profundización de la crisis en los otros países podría arrastrar a la economía estadounidense también a una crisis que a su vez profundizaría la crisis de la economía mundial.

 

Conclusión

En perspectiva,  es muy probable que se presente un proceso de ruptura de la globalización de la economía mundial que de paso a una economía mundial conformada por bloques regionales comandados por Estados Unidos, en acuerdos bilaterales incluyendo al Reino Unido. La Unión Europea encabezada  por Alemania. China profundizando la cadena productiva asiática en competencia con Japón.

 

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