Trabajar en un Bingo
Esta organización es de entretenimiento, consiste en un juego de azar donde intervienen cartones impresos con 15 números aleatorios, los cuales se compran a un precio determinado; un bolillero de donde se extraen las bolillas para poder completar los números de dicho cartón, voceado por un locutor para los participantes del juego, siendo el ganador de la partida aquel que logre completar sus 15 números en primer lugar, el premio a cobrar siempre depende de la cantidad de cartones vendidos en dicha partida, se desarrolla en un local habilitado por el gobierno y Lotería Nacional. Una de las instituciones participantes es Lotería Nacional, siendo la más importante ya que dictamina las reglas de juego y su supervisión, para que no se saltee ningún paso durante el desenlace del juego, se respete la correlatividad de venta en los precios del cartón y la totalidad del juego se realice sin ningún tipo de fraude; la segunda institución interviniente es el sindicato de trabajadores de juego de azar, donde los empleados son respaldados ante cualquier inconveniente, reclamo o injusticia recibida en el ambiente laboral.
Dentro del establecimiento se formaron varios grupos, como el de cajeros, administrativo, jerárquicos, promotores, limpieza, mantenimiento y seguridad. En lo personal comencé como promotora y ascendí hasta llegar al puesto de jefe de salón. Mi función era resolver cualquier tipo de problema que surgiera en el establecimiento con clientes, empleados y tomar decisiones en problemas técnicos, realizar planilla de horarios y controles administrativos. Mi rol era variado ya que cumplía distintos puestos de trabajo para que los empleados se puedan tomar su descanso, como locución, cajero y boletero entre otros.
Siempre fue un trabajo bien pago desde el puesto de comienzo (promotor), hasta el mayor puesto, el de jefe de sala el que me permitió subir mi status de vida pudiendo comprar ropa de calidad, salidas recreativas, viajes al exterior y ahorrar dinero para comprar mi actual casa. Aunque era de horarios rotativos y complicados, valió la pena esa etapa para poder tener mi casa.