25 noviembre, 2024

En su momento, las brújulas fueron una de las herramientas más importantes de la historia, especialmente en la navegación y en los viajes de la antigüedad. A pesar de que en nuestros días no tenga la misma relevancia que para entonces, pues hoy contamos con complejos y exactos sistemas de GPS, la brújula era un instrumento primordial al momento de orientarse.

De todas formas, aún hay quienes las utilizan de todas maneras por algo muy importante: no necesita energía eléctrica para decirnos dónde está el norte. Desde cualquier parte del mundo en la que uno se encuentre, una brújula siempre apuntará hacia el norte. Hoy voy a enseñarte cómo y por qué las brújulas apuntan al norte.

La brújula

Invención e historia

Suele señalarse que la brújula fue inventada por los chinos cerca del siglo XI, no obstante, ciertos hallazgos podrían indicar algo diferente. Investigando la antigua civilización Olmeca, en Mesoamérica, se encontró un artefacto que funcionaba de forma muy similar a las brújulas chinas, ya para el año 1000 a.C., o incluso antes.           Existe toda una controversia en relación a la invención de la brújula, especialmente en cuanto a los registros históricos y la mención de artefactos similares en la literatura oriental, así que mejor nos dedicamos simplemente a su constitución y funcionamiento.                En un principio, las brújulas chinas y su uso estaba relacionado con lo mágico, lo espiritual y lo simbólico. Compuestas por piedras de imanes (rocas minerales de hierro y óxido), estaban pensadas más bien para una orientación metafórica, para mostrarle el camino espiritual a las personas.                                                                                   Años más tarde, las dinastías chinas y sus fuerzas militares, utilizaban instrumentos fabricados a partir de estas ideas para la navegación marítima, dándole un uso mucho más real y útil. Cerca del año 1300, en Europa aparecieron las primeras brújulas secas, que en el siglo XX fueron sustituidas por unas llenas líquido.

¿Cómo se compone una brújula?

Una brújula es un instrumento muy simple en sí, consiste en un pequeño y ligero imán balanceado sobre un eje que gira sin fricción. Este imán generalmente se denomina aguja y se ubica sobre un gráfico que contiene los puntos cardinales (norte, sur, este y oeste). El extremo de la aguja, suele estar señalado de alguna forma, por ejemplo con un “N” o con un punto rojo, para indicar el norte.

¿Por qué apunta hacia el norte?

Las brújulas funcionan de acuerdo al magnetismo de la Tierra. Veámoslo de la forma más sencilla, ¿has visto como un imán atrae a otro? Bien, pues lo que sucede es que el imán de la brújula (la aguja) es atraído por otro mucho más grande: la Tierra.Como sabrán, todo imán tiene dos polos (uno positivo y otro negativo) que provoca atracción o repulsión. Cuando dos polos son contrarios, es decir positivo y negativo, se atraen; mientras que cuando dos polos son iguales, positivo y positivo o negativo y negativo, se repelen. Lo mismo sucede en la pequeña brújula con el imán de la aguja y el magnetismo de los polos de nuestro planeta.                                                                                                 Piensa que existe un imán gigante dentro de la Tierra que va desde el Polo Norte al Polo Sur. Si la aguja apunta hacia el Polo Norte es porque el imán gigante dentro de la Tierra (magnetismo) tiene su extremo sur (contrario al del imán de la brújula) en el Polo Norte, girando siempre en dirección Norte.

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