La retirada del bloque que reúne actualmente a Inglaterra, Gales, Escocia, e Irlanda del norte comienza a ser una realidad tras la aprobación por el Parlamento británico del proyecto de ley que le permitirá a la Primera Ministra, Theresa May, activar las negociaciones para separarse de la Unión Europea (UE) y generar un nuevo tratado internacional que regule las relaciones entre ambas partes.
Esta era una meta política perseguida por determinados partidos políticos, grupos civiles y personas del Reino Unido desde 1973.
Ya en 1975 se había celebrado un primer referéndum sobre la permanencia del país en la Comunidad Económica Europea, con resultado favorable a la permanencia.
En 2016 se produjo un segundo referéndum sobre la permanencia, que se celebro el jueves 23 de junio, que arrojo un resultado favorable a la salida de la UE con casi un 52% de los votos, frente a un 48% que abogo por la permanencia. El resultado no fue uniforme en todo el Reino Unido, votándose a favor de la salida en Inglaterra y Gales, mientras que Escocia, Irlanda del Norte y el territorio de Gibraltar votaron por la permanencia. El gran peso de Inglaterra y la alta participación de esta nación resultaron decisivos para inclinar la balanza a favor de la salida.
Salir de la UE es un derecho de los estados miembros reconocidos por el artículo 50 del tratado de la UE. El 29 de marzo del 2017 tras conseguir la aprobación del parlamento británico, el Reino Unido comunico al presidente del Consejo de la EU su intención de abandonar la UE tal como establece dicho artículo.
El Tratado de Lisboa, entro en vigor el 1 de diciembre de 2009, introdujo por primera vez un procedimiento para que un estado miembro se retire voluntariamente de la UE. Estableciendo que:
todo estado miembro podrá decidir retirarse de la Unión de conformidad con sus propios requisitos constitucionales.
El Estado miembro que decida retirarse notificará al Consejo Europeo su intención. A la luz de las orientaciones establecidas por el Consejo Europeo, la Unión negociará y celebrará un acuerdo con dicho Estado, en el que se establezcan las modalidades de su retirada, teniendo en cuenta el marco de su futura relación con la Unión. Dicho acuerdo se negociará de conformidad con el artículo 218, apartado 3, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Se celebrará en nombre de la Unión por el Consejo, por mayoría cualificada, previa aprobación del Parlamento Europeo.
Los Tratados dejarán de aplicarse al Estado de que se trate a partir de la fecha de entrada en vigor del acuerdo de retirada o, en su defecto, dos años después de la notificación mencionada en el apartado 2, a menos que el Consejo Europeo, de acuerdo con el Estado miembro interesado , Decide por unanimidad prorrogar este plazo.
A los efectos de los apartados 2 y 3, el miembro del Consejo Europeo o del Consejo que represente al Estado miembro que se retire no participará en los debates del Consejo o del Consejo Europeo ni en las decisiones que le conciernan. La mayoría cualificada se definirá de conformidad con la letra b) del apartado 3 del artículo 238 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.
Si un Estado que se ha retirado de la Unión pide que se reúna, su solicitud estará sujeta al procedimiento a que se refiere el artículo 49.
Los puntos que impulsaron el respaldo a la salida de Reino Unido de la UE:
El deseo de negociar mejores condiciones comerciales sin las ataduras de los compromisos de la UE,
La carga que significaría para el país aportar al presupuesto de la UE,
La existencia de procesos legislativos con normas estandarizadas para los países integrantes
La idea de tener un mayor control de las fronteras y la posibilidad de tener una mayor influencia internacional como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, sin el obstáculo que significaría el atenerse a la Política Exterior y Seguridad Común.
Un país que es miembro de un organismo internacional como la Unión Europea entrega algunos aspectos de su soberanía nacional en materia de acuerdos internacionales. Así, el Reino Unido no puede tener una política de defensa autónoma, ni tampoco puede negociar tratados de libre comercio de manera independiente, siendo ese tipo de situaciones las que convencieron a sus ciudadanos de la necesidad de abandonar el organismo.
Consecuencia de la futura salida de la UE:
La libra se ha desplomado a mínimos históricos.(Es la consecuencia directa más importante y visible de la salida de la UE)
Los ataques racistas han aumentado en un 41%.
Varias empresas internacionales se plantean irse.
Su déficit comercial ha aumentado (ha crecido durante los últimos meses consecuencia de la debilidad de la moneda nacional, además la inflación ha aumentado desde el ultimo referéndum)
Conclusión: en mi opinión la salida de Reino Unido políticamente va a terminar dividido y económicamente va a ser beneficiando Inglaterra que es el que tiene más peso en comparación con los demás (Gales, Irlanda, Escocia), pero va a terminar perjudicando a todo el Reino porque no van a mantenerse las exportaciones dentro de la unión europea y van a tener que negociar nuevamente los acuerdos comerciales. Aparte las empresas internacionales ya instaladas en el Reino no se van a sentir seguras por cómo va a funcionar la economía, ya que en este último tiempo la libra ya llego a sus mínimos histórico por consecuencia de la futura salida.