26 julio, 2024

Un incendio forestal es el fuego que se extiende sin control sobre un terreno forestal o silvestre, afectando a combustibles vegetales, flora y fauna. Se distingue de otros tipos de incendio por su amplia extensión, la velocidad con la que se propaga desde su inicio, su potencial para cambiar de dirección inesperadamente a causa de los vientos, y su capacidad para superar obstáculos como carreteras, ríos.

El impacto ambiental de este tipo de incendios es mayor de lo que se ve, ya que en la mayoría de los casos sobrepasa los límites de las áreas afectadas. La destrucción de la flora y la fauna, el aumento de la desertificación o la disminución de la calidad de las aguas y la atmósfera son algunas de las consecuencias negativas posteriores a un incendio. La recuperación de las zonas afectadas puede llevar décadas.

Los incendios modifican el agua, generando pérdidas de materia orgánica, cambiando la acidez de los ríos, lagos e impidiendo el desarrollo de la actividad ganadera. Además, se dificulta y encarece la potabilización del agua, ya que la misma arrastra cenizas y carbón.
Por los mismos motivos, el ciclo natural del agua se altera, la recarga en el suelo es mucho menor, el agua tiende a escurrir más rápido generando mayor arrastre de sedimento, los ríos ven sobrepasada su capacidad de transportar agua y se incrementan las posibilidades de crecidas.

Al perder la vegetación que los protege, el suelo se presenta como otro de los afectados por los incendios forestales. Dentro de las consecuencias que sufre, pueden enumerarse los procesos de erosión eólica e hídrica, la merma en la materia orgánica, la afectación de bancos de semillas y el cambio en la proporción de especies.

Los árboles no se desarrollan de la misma manera debido a las marcas que deja el fuego, teniendo que rebrotar nuevamente desde zonas afectadas, formando espacios de difícil acceso y generando enfermedades en la vegetación.

Como si las pérdidas ambientales no fueran suficientes, los incendios forestales pueden causar graves consecuencias en los seres humanos, tanto en aquellos que viven cerca del área donde se producen y extienden las llamas, como así también en las personas que arriesgan sus vidas en pos de apagar el fuego.

Medidas preventivas para evitar incendios forestales.

• No tirar colillas de cigarrillos encendidas, ni fosforos.

• No tirar colillas de cigarrillos desde vehículos en movimiento, sea en ruta o por caminos vecinales.

• Si no puede evitar fumar, preste atención a dónde caen las cenizas, a dónde y cómo apaga el cigarrillo, y llévese con usted la colilla.

• Si acampa, hágalo en lugares autorizados, allí podrá encender fuego.

• Si observa un fogón encendido abandonado, apáguelo con abundante agua.

• Tenga cerca del fogón recipientes con agua.

• No arroje ni deje residuos en bosques y lugares de acampe, las latas y vidrios pueden actuar de lupa y provocar incendios.

• Prepare bien el fogón antes de empezar el fuego: se debe colocar piedras alrededor de la fogata, hacer un pozo dentro para que el fuego quede  “hundido” en la tierra, despejar de hojas y ramas los alrededores de la fogata. En lo posible, armar una pared o protección con piedras del lado de donde viene el viento.

• Nunca hay que hacer fuego debajo de los árboles.

• La forma correcta de apagar las fogatas es con abundante agua, después hay que remover las cenizas para verificar que queden bien apagadas. También se debe echar agua a las piedras del fogón y alrededor de la fogata, el lugar de la fogata debe quedar frío.

• Si se va a usar leña del lugar, se debe elegir la que está caída y seca, libre de hojas.

En caso de detectar humo o fuego, comunicarse a la brevedad con los bomberos de la zona (100), con Defensa Civil (103) o directamente con el 911.

 

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