27 diciembre, 2024

En el servicio de una reconocida clínica de la provincia de Buenos Aires, una enfermera que lleva mucho tiempo en el servicio, prepara medicamentos para suministrarles a los pacientes a las 15hs. Tras un turno de 12hs, y por falta de personal en la clínica, le piden por favor que haga un turno más extra, lo que llevó a poner en riesgo la vida de los pacientes ya que la enfermera cometió varios errores debido a la fatiga por falta de sueño. El error más grave cometido fue romper una ampolla de lidocaína, que posee un alto valor comercial. La enfermera tomo la decisión de no contarle a nadie ya que sino el valor del producto se lo descontarían de su sueldo. Esto llevo a que horas más tarde el paciente sufra un gran ataque respiratorio que necesitó de la ayuda de los doctores de la clínica para poder seguir con vida. Por suerte el problema no causó ningún efecto secundario en el paciente y nadie se dio cuenta que lo que ocurrió fue por culpa de la enfermera que se juró a sí misma nunca más volver a encubrir un acto semejante ya que podía haber costado la vida de una persona.

Evidentemente estamos frente a un acto de irresponsabilidad y falta de dialogo. Irresponsabilidad de la enfermera para con los pacientes, e irresponsabilidad de la clínica a la hora de no contar con los fondos suficientes para la correcta rotación del personal, logrando así que estos trabajen en óptimas condiciones y no cometan errores por fatiga acumulada. Hay que aclarar que nos referimos a responsabilidad como valor moral que deben tener los ciudadanos y que les permite responder por sus actos a la hora de tomar decisiones. La responsabilidad moral no recae solo en la enfermera, sino también en la clínica por que por falta de personal obliga de alguna manera a la enfermera a continuar  trabajando ya que si no lo hace peligra su permanencia en el puesto de trabajo. De esta manera el dialogo también cumple un rol relevante en este caso. Por un lado no exponer su cansancio físico que le impide seguir trabajando, y por otro no haber suministrado el medicamento. En estas oportunidades lo que debe primar es la confianza para comunicarle a su jefe lo ocurrido y de esta manera evitar cualquier tipo de problema. El tener que pagar el costo del medicamento es menos grave que la culpa que se genera al poner en riesgo la vida de un paciente.

 

Conclusión:

Preocupa que en muchos hospitales y clínicas suceda el doblaje de turnos, pero más preocupa que se haga incluso bajo presión de perder el trabajo si no se hace. Por miedo, se rompe la comunicación en el interior de las instituciones de salud y los empleados optan por el silencio hasta en los momentos más críticos. Es obvio que si en este caso el paciente muere, se abre una investigación que puede arrojar resultado la falta de suministros de un medicamento y la responsabilidad será de la enfermera, sin embargo, si la enfermera expresa que está haciendo con frecuencia turnos de 24hs, con seguridad la responsabilidad será compartida entre el personal y la institución.

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