El acto del comercio exterior existe desde mucho antes que el mismo concepto y su significado, ya que pasaron muchas épocas, etapas y se llegó a realizar dicho acto de maneras muy distintas y con reglas que se fueron ampliando y modificando a lo largo del tiempo.
En la prehistoria cuando los hombres se dedicaban a la caza y la recolección, la producción de excedentes era casi nula. Además, por las características de sus productos, esos excedentes no se hubieran podido almacenar. Pero desde las primeras actividades productivas, el excedente permitió emprender el hábito de intercambiar productos.
Las primeras formas de comercio entre los hombres consistieron justamente en el intercambio de productos mano a mano: lo que uno tenía y no necesitaba, se cambiaba por lo que el otro tenía y no necesitaba. Esa forma de intercambio se denomina trueque.
El desarrollo de nuevos bienes de consumo y el crecimiento de la actividad comercial demostró que este sistema era poco práctico: en primer lugar porque no siempre el otro necesitaba aquello de lo que uno disponía.
El mayor problema de esta forma de comercio se debió a la subjetividad de la misma, ya que era casi imposible determinar el valor exacto de cada producto y solo se podía llevar a cabo si ambas partes tenían lo que la otra necesitaba.
La necesidad de darle valores a todo objeto o mercancía y terminar con las subjetividades y complicaciones llevó al mundo a una nueva forma de comercio.
Para valorar la mercadería se usaron metales primeramente El hierro fue un instrumento común de comercio entre los antiguos espartanos, el cobre entre los romanos primitivos y el oro y la plata entre las naciones ricas.
Rápidamente, las civilizaciones descubrieron que las monedas de metales preciosos como el oro o la plata facilitaban el comercio, y comenzaron a usarlas en lugar de alimentos como la sal, el pescado o la cebada, que en general eran productos perecederos y no se podían almacenar por largos períodos de tiempo. Así, a partir de los lidios, muchos pueblos comenzaron a acuñar sus propias monedas.
Sobre el origen de los billetes, hay quien sostiene que en el siglo IX, ante la necesidad de un comercio cada vez más frecuente, los chinos inventaron el papel moneda, que era fácil de transportar. Su valor esta garantizado por el oro y plata del gobierno chino.
En el caso de Argentina somos un país que se basa en la exportación de los comodity que son los productos derivados de la tierra. La exportación de los productos agrícola – ganaderos para luego importar productos manufacturados es la base de nuestra economía. Esto se debe a la riqueza que tenemos territorialmente pero también a la gran falta de desarrollo industrial que tenemos, ya que en algunos casos es menos costoso importar un producto que fabricarlo en nuestro país, juega un papel importante también el factor que en muchos casos los productos que fabricamos tampoco alcanza la calidad de los productos que importamos del exterior.
En base a estos factores Argentina se maneja de esta forma en el comercio mundial.