Tomar el sol es muy beneficioso para la salud, pero el abuso o las exposiciones prolongadas pueden provocar enfermedades o lesiones. Las enfermedades producidas por el calor y el sol aparecen cuando fracasan los mecanismos reguladores de la temperatura corporal (termoregulación).
Los mecanismos de regulación calórica interna del cuerpo humano tratan de mantener en el cuerpo una temperatura constante de cerca de 37 ºC. Es normal que el cuerpo pierda constantemente calor a través de los pulmones y la piel, pero hay veces que la persona necesita perder más calor para mantener esa temperatura constante, debido a que el cuerpo produce más calor motivado por la producción de calor en el ambiente; esta pérdida tiene lugar también en los mecanismos calóricos del organismo.
El intercambio de calor entre el hombre y su medio está influido por cuatro factores que son: 1) la temperatura del aire, 2) la velocidad del aire, 3) el contenido de humedad del aire, y 4) la temperatura radiante. El problema del calor industrial resulta de una combinación de estos factores que genera un ambiente de trabajo hasta cierto punto incómodo e incluso riesgoso debido al desequilibrio entre la producción de calor metabólico y la pérdida de calor.
Cuando la pérdida de calor es mayor que el aumento de calor en el organismo, la temperatura central comienza a elevarse. En ese momento entran en juego ciertos mecanismos fisiológicos que intentan aumentar la pérdida de calor del cuerpo. En primer lugar, se produce dilatación de los vasos sanguíneos de la piel y de los tejidos subcutáneos y se desvía parte importante del gasto cardíaco hacia esas regiones superficiales. Hay un aumento concomitante del volumen sanguíneo circulante debido a la contracción del bazo y a la dilución de la sangre circulante con líquidos extraídos de otros tejidos. Aumenta también el rendimiento cardíaco. Todos estos ajustes circulatorios favorecen el transporte de calor del centro del organismo hacia la superficie. En forma simultánea, se activan las glándulas sudoríparas, derramando líquido sobre la piel para eliminar calor por evaporación.
Las enfermedades producidas por los efectos del calor son más frecuente en días muy calurosos cuando estamos expuestos al sol o si la temperatura ambiental es muy alta y tenemos algún desgaste físico.
Las principales enfermedades producidas por el calor son las siguientes:
- Estrés por calor. El paciente siente malestar general debido a la exposición a las altas temperaturas. Se presenta sobre todo en caso de realizar trabajo físico intenso en ambientes con calor.
- Calambres por calor. Sentir calambres es un signo que nos indica que podremos estar a punto de sufrir una lesión asociada con el calor. Se pueden presentar calambres musculares intermitentes en las extremidades tras el ejercicio físico. La temperatura corporal se suele elevar solo mínimamente. Suele afectar a individuos jóvenes y sanos. La presencia de estos calambres suele estar relacionada con la respiración acelerada durante la práctica de ejercicio y la perdida de sales por el sudor.
- Pérdida de consciencia por calor. La pérdida de conocimiento asociado con el calor suele afectar a personas mayores por el descenso de la tensión arterial derivada del calor y la falta de líquidos.
- Agotamiento por calor. El agotamiento es el síntoma más frecuente asociado con la hipertermia ambiental. Suele estar acompañado de debilidad, fatiga, cefalea, confusión, vértigo, náuseas, vómitos, ansiedad, cansancio o sudoración. Afecta sobre todo a los jóvenes tras ejercicio o a ancianos con problemas de corazón. La temperatura corporal suele suele ser menor de 38°C y predomina la perdida de agua y sal.
- Golpe de calor. Un golpe de calor no es ninguna tontería. La temperatura corporal aumenta considerablemente y se sitúa por encima de los 40°C. Las altas temperaturas afectan a la salud y pueden manifestarse fallos en el organismo y alteraciones del sistema nervioso central por exposición a ambientes calurosos (forma clásica) o tras ejercicio físico extenuante (golpe de calor por ejercicio físico). En este caso el cuerpo ha perdido la capacidad de regular la temperatura. Aquí a pesar de la alta temperatura del cuerpo la piel suele estar seca y sin sudor. El paciente está o bien en estado somnoliento, estuporoso o incluso que no responde, a estar agitado, irritable, inquieto, e incluso sufrir crisis epilépticas. Se suele confundir con una insolación, pero esta es más leve, también producida por una exposición prolongada al sol, con consecuencias como deshidratación, visión borrosa, náuseas o pérdida de conocimiento.
Tratamiento
Ante una enfermedad por calor es importante acudir al médico para que valore la situación general, el grado de deshidratación o la falta de iones. Un golpe de calor es una emergencia médica ya que existe riesgo grave para el paciente. Mientras que el paciente espera a ser atendido por el medico se han de seguir las siguientes medidas:
- Beber agua.
- Trasladar a la persona afectada a un lugar más sombreado y fresco con lo cual ya se inicia una pérdida de calor. Deben aplicarse compresas de agua fría en cuello, axilas, ingles o incluso en la cabeza por donde se pierde gran cantidad de calor.
- Desnudar al paciente y rociar la piel de forma continua con agua al mismo tiempo que se le abanica.