24 abril, 2024

Turno:Mañana.

Alumno:Alejandro Boli de Lebron.

Profesor:Marcelo Alejandro Masseri.

Materia:Metodologia de la investigacion.

INSIGNIA

 

 

 

 

La evaluación ha involucrado a más de 1.300 expertos alrededor del mundo. Ellos demuestran, por ejemplo, que en los últimos 50 años los seres humanos han cambiado los ecosistemas naturales más rápida y extensivamente que en cualquier otro período comparable en la historia humana. Esta transformación del planeta ha contribuido a lograr aumentos netos sustanciales en el bienestar humano y el desarrollo económico. Pero no todas las regiones y grupos humanos se han beneficiado de este proceso, y muchos se han visto perjudicados. Además, los costos asociados a estas ganancias solamente hoy en día están siendo evidentes. De los “servicios” de los ecosistemas examinados, desde la regulación de la calidad del aire hasta la purificación del agua, aproximadamente un 60% se está degradando o se está utilizando de forma no sostenible.

Los riesgos de salud ya no son simplemente un resultado de exposiciones localizadas a las formas “tradicionales” de contaminación – aunque ciertamente ellas todavía existen. Son también el resultado de presiones más amplias sobre los ecosistemas, desde el agotamiento y la degradación de los recursos de agua dulce hasta los impactos del cambio climático global sobre los desastres naturales y la producción agrícola. Como ocurre con los riesgos más tradicionales, los efectos perjudiciales ocasionados por la degradación de los servicios de los ecosistemas están siendo padecidos de forma desproporcionada por los pobres. Sin embargo, a diferencia de esos peligros más tradicionales, el potencial para sorpresas desagradables, como la aparición y propagación de nuevas enfermedades infecciosas, es mucho mayor. Además de proporcionar las necesidades básicas de la vida (antes mencionadas), los cambios en su flujo afectan a los medios de subsistencia, los ingresos, la migración local y, ocasionalmente, el conflicto político. Los impactos resultantes en términos de seguridad económica y física, de libertad, de elección y de relaciones sociales tienen impactos de amplio alcance sobre el bienestar y la salud.

     La continuación de la doble tendencia de explotación cada vez mayor de los servicios de los ecosistemas y de deterioro generalizado de la condición de la mayoría de los ecosistemas es insostenible y es probable que conduzca a cambios irreversibles. Cuando los cambios en un ecosistema superan un umbral, la recuperación es generalmente lenta y costosa, y hasta imposible. Los umbrales pueden hacerse más bajos en la medida en que los impactos antropogénicos simplifican estos sistemas naturales y reducen su resiliencia intrínseca ante el cambio. Muchas de las personas y de los lugares afectados adversamente por los cambios en los ecosistemas y por la disminución en sus servicios, son altamente vulnerables y están mal equipados para hacer frente a una pérdida adicional de servicios de los ecosistemas. Los grupos altamente vulnerables incluyen aquellos cuyas necesidades de servicios de los ecosistemas ya exceden los suministros. Esto incluye a las personas que carecen de abastecimientos adecuados de agua segura, así como aquellos que viven en áreas con rendimientos agrícolas en decline y que por lo tanto corren el riesgo de desnutrición y de desarrollo infantil deteriorado. En regiones tropicales y subtropicales, la mayor parte de la deforestación en curso altera la dinámica de la transmisión de enfermedades infecciosas, especialmente al cambiar las condiciones para las poblaciones de mosquitos, garrapatas y roedores. Esto puede ocasionar un aumento en los brotes de enfermedades como la malaria o el dengue. Las regiones que hacen frente a los mayores desafíos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) se traslapan en gran parte con aquellas que enfrentan los problemas más grandes relacionados con el suministro de los servicios de los ecosistemas. Muchas de estas regiones incluyen vastas áreas de tierras secas, en las que la combinación del crecimiento poblacional con la degradación del suelo está aumentando la vulnerabilidad humana tanto frente al cambio económico como al cambio en el medio ambiente y, por lo tanto, está deteriorando sus condiciones de bienestar y salud. Los cambios en los ecosistemas pueden ocurrir a una escala tan grande que su efecto sobre la salud humana puede ser catastrófico. Existe un creciente riesgo de cambios no lineales en los ecosistemas, incluyendo cambios acelerados, repentinos y potencialmente irreversibles (evidencia establecida pero incompleta). La probabilidad creciente de estos cambios no lineales proviene de la pérdida de biodiversidad y de las presiones cada vez mayores de múltiples generadores directos de cambio en los ecosistemas. Se prevén cambios no lineales similares en contextos socio-político-económicos. Por ejemplo, una situación de inseguridad alimentaria extendida, como resultado de un severo cambio climático, fallos institucionales y suelos cada vez más dañados, podría empeorar la desigualdad

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